Prólogo

759 74 5
                                    

James apresuró su andar al ver que poco a poco se acercaba más a la entrada trasera de la casa de su amigo, una vez allí, se apresuró a tocar la puerta, de forma algo insistente mientras radicaba su nuca de manera nerviosa.

Miro a ambos lados de la casa, para asegurarse de que nadie lo estuviera viendo. No sería muy agradable que las personas lo vieran y comenzarán a gritar asustados.

Tardo un poco en recibir una respuesta, un simple "Ya voy, cielo santo" y unos insultos que le siguieron.

Después de un momento se abrió la puerta, dejando ver a un anciano bajito y algo regordete, con un cabello blanco como la nieve y El rostro cubierto de líneas de expresión.

—Cielos Jimbo, Algunos ya no tenemos la misma juventud de antes ¿Sabes? —Se quejó su amigo mientras se hacía a un lado para dejarlo pasar.

James simplemente se abrió paso y entró en la cálida y acogedora casa.

—Lo sé, Toby —Dijo asintiendo— ¿Para qué me pediste venir?

La verdad, por increíble que suene, el medio Troll y El anciano ya no eran tan amigos como antes.

Bueno. Seguían siendo amigos. Pero ya no eran tan cercanos.

Principalmente porque Jim era El Cazatroles y tenía muchas responsabilidades. Proteger Mercado Troll, Proteger Arcadia, Evitar que haya injusticia. Etcétera, etcétera, etcétera.

La verdad estos últimos años habían sido duros. Desde que Clarie, su esposa, murió, todo había ido cuesta abajo con El Troll. Se había vuelto más distante con todo El mundo y simplemente se mantenía ocupado con trabajo para intentar distraerse. Lo cual había provocado el distanciamiento de ambos amigos.

En un principio, Toby se había negado a alejarse de su amigo. Acompañandolo en casi todas sus misiones y apoyandolo. Pero poco a poco los años lo alcanzaron y unos problemas en las articulaciones habían puesto fin a sus años de aventuras con el cazatroles.

Ya ambos hombres estaban en la sala de estar, de pie y mirándose uno a otro.

James miraba fijamente a su amigo, tratando de averiguar por que razón su amigo se miraba tan consternado y algo triste. Él Cazatroles sabía que hacía ya algún tiempo había fallecido la esposa de su amigo. Lo sentía en lo profundo de su corazón, pero no podía hacer nada por él.

—Necesito tu ayuda, viejo amigo —Dijo, arrastrando sus palabras de forma suave y cansada.

James se acercó con cautela y posó una mano en el hombro de su amigo.

—¿Qué sucedió? —Pregunto con su voy igual de suave.

Su amigo, se tomó un pequeño lapso de tiempo para preparar se a decir la respuesta, respirando profundamente y arrugando un poco El rostro en lo que al cazatroles le pareció dolor.

—Mi hija falleció hace una semana en un accidente de auto.

Para James el mundo comenzó a pasar un poco más lento.

Toby tenia una hija de treinta y tantos años, la cual era la vida imagen de su madre, Darci Scott. Él Cazatroles la había llegado a conocer cuando era más pequeña, pero después de que la Infante había comenzado la escuela la había dejado de ver casi por completo —Además del hecho que Toby siempre mantuvo el mundo de los trolls lejos de su pequeña, y por consiguiente, lejos de Jim—

—Lo lamento much-

El Troll se vio interrumpido por Un ruido repentino.

Un bebé que lloraba sin parar.

—La bebé se despertó —Murmuró Toby para si mismo mientras se ponía en marcha y caminaba tan rápido como le permitieron sus delgadas y temblorosas piernas.

Una vez llegaron al piso de arriba. Entraron a un cuarto con aspecto ordenado.

James rápidamente diviso una cuna en el centro del cuarto, de donde provenían el llanto.

—¿Qué es todo esto? —Pregunto James cada vez más confundido.

Esta visita no era nada a lo que se esperaba que fuera

Toby se acercó a la cuna y una sonrisa comprensiva se formó en su rostro.

—Shhh, ya ya linda —Intento calmar a la criatura que se encontrara en la cuna, acerco un poco una mano para intentar sacar al monstruo que se encontraba adentro, este sólo soltó un fuerte y agudo chillido que hizo a James querer cortarse las orejas.

—¡Aaahg! —se quejó— ¿Qué clase de bestia tienes allí?

Su amigo simplemente fruncido el ceño y negó ofendido.

—No es una Bestia, es un bebé, Jimbo —Anunció Toby en tono orgulloso— Es mi linda nieta.

James sintió como su boca caía al suelo.

—Pero ¿En qué momento te volviste abuelo?! —Exclamó.

Los lloriqueos sólo aumentaron más. Y James en serio pensó en cortarse orejas, hasta se llevo sus manos a estas, tapandolas lo mejor que pudo.

Sin embargo eso no solucionó nada.

James sólo se acercó poco a poco, con curiosidad y cautela.

Sin saber lo que le esperaba dentro de aquella pequeña cuna.

Poco a poco, comenzó a ver una pequeña figura humana, vestida con lo que parecía un lindo pijama blanco con motas moradas. Una pequeña niña con la piel de aspecto tan liso y suave que podría bien hacerse pasar por porcelana. Unas enormes mejillas totalmente rojas por el llanto.

Y la mejor parte. Dos hermosas y profundas lagunas de color ___ que justo ahora estaban bañadas en lágrimas.

James sólo pudo observar la pequeña criatura con fascinación.

Sólo pudo observar te mientras llorabas totalmente desconsolada.

Pero eso cambio. Al ver la nueva figura que apareció en tu campo de visión, dedicaste toda tu atención en él.

James sintió una sensación de miedo en la boca de su estómago. Viendo como lo observabas atentamente. Esperando el momento en que te hecharas a llorar más fuerte por el susto que implica verlo. No te juzgaria. El también se hubiera fechado a llorar estando en tu lugar. Y el tenía todas las características para ser considerado "Monstruo"

Pero grata fue su sorpresa cuando te escucho reír mientras extendias tus cortos y regordetes brazos hacia él.

En ese momento exacto, después de tantos años de tristeza y soledad.

Sintió algo cálido en su pecho.

Inevitablemente sonrió totalmente enternecido de ti.

Kitten [Jim Lake Jr x Reader] (Trollhunters)Onde histórias criam vida. Descubra agora