¿ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀᴅᴀ ᴅᴇ ᴜɴ ɴᴏʙʟᴇ?

XXI

Me acerqué a él y coloque mi mano en su frente, estaba ardiendo en fiebre, ¿Qué le había causado aquel malestar? El no había usado sus poderes a tal punto de dejarlo así.

—Olvídalo. No irás a la secundaria, te quedarás aquí, yo iré a la secundaria y llamaré a Frankenstein para que te cuide. No puedo dejarte solo. —Lo ayude a caminar hacia la cama y lo arrope.

Me ví obligada a sacarle cobijas por la fiebre. Le acomode las almohadas y dejé que se acomodara tranquilo.

Me quedé observándolo unos segundos hasta meterme al baño, me remangué la camisa para no mojarla; tomé un tarro y lo llene de agua fría para bajarle un poco la fiebre, se que Frankenstein se encargará mejor de el.

Volví al cuarto y moje el paño para ponérselo en la cabeza.

—¿Te duele el estómago? — El negó lentamente y yo suspiré del alivio, menos mal, solo era fiebre y quizá dolor de cabeza, por lo menos lo tenía controlado. —Necesito saber que te duele, al menos, debo de tener algo para aliviar tu dolor. —Pregunté mientras colocaba el paño en su cabeza, sus mejillas estaban levemente rosadas.

—La cabeza. —Asentí y dude en si debía de darle una pastilla, el no era humano, tampoco sabía que tomaba para aliviar los dolores que sufría. Cómo todo se encargaba Frankenstein...

—¿Tomas algo para los dolores? Pastillas quizá, o algún té. Olvídate del café hasta tarde. —El cerró sus ojos y me ignoro.

Una gota de sudor bajo por mi frente, ¿Se enojo porque no le permito tomar café? Volví a mirarlo, se había dormido, "dormido", cosa que lo creía falso. —Bien, tu ganas, cuando venga Frankenstein pídele que te haga.

El abrió un ojo y su mirada se relajo, Cadis Etrama Di Raizel, eres todo un loquillo.

Mire la hora y solté una maldición, faltaban minutos para que la secundaria abriera y no quería llegar tarde.
Mi profesor me esperará con regla en la entrada, probablemente.
Me pare y acomode mi uniforme,me acerque a el y le di un beso en los labios, lo tomó por sorpresa, yo sonreí y agarré mi bolso, camine hacia la puerta y volteo para verlo.

—No hagas nada malo, ¿Entendido? —Este volvió a girar su cabeza para evitar mirarme,¡Raizel! Ugh...

Me salí del cuarto y cerré la puerta, saque del bolso mi celular y le marque a Frankenstein, lo que me sorprende de este hombre es que me atiende al toque.

______________________

—Buenos días, señor. Iré al grano porque si me quedo hablando llegaré tarde al colegio. Rai se enfermo, está mañana se levantó con malestar y terminó por vomitar sangre en el lavabo, tiene fiebre y necesito que lo cuide por mi.Ya he-

______________________

Me había cortado la llamada. Bueno, al menos se que el estará en casa.

Salí del lugar y camine tranquilamente hacia la secundaria.
Nada más pasaron unos dos minutos para que alguien me agarre del brazo y me gire, era Frankenstein. Este tenía una mirada sería, pero podía notarse la preocupación.

—Eva, menos mal que te encuentro, ¿Mi maestro está en tu casa, verdad? -Como lo notaba, al parecer se había olvidado de la llamada, era normal, estaba preocupado al igual que yo, pero mucho no podía hacer, esto era tarea de Frankenstein, quien lo conocía hace más de mil años.