Esa tarde fue a buscar a los niños al colegio; irían a su casa a hacer la tarea pues Mónica no podía ocuparse de ellos y ella agradecía no tener que ir hasta Beverly Hills en esa ocasión.

Tim y Ben se hallaban enfrascados en la resolución de un ejercicio, cuando el timbre del intercomunicador sonó: era Tom. Le permitió avanzar, y al cabo de un par de minutos se encontraron.

—Hola —le saludó él con una sonrisa desde el umbral de la puerta.

—Hola. —Ella le sonrió y le dio un breve beso en los labios.

Dani lo invitó a pasar. Era la primera vez que estaba en su casa desde que estaban juntos, y se sentía un poco cohibida. Los niños por fortuna no podían verlos pues estaban en el comedor en mitad de los deberes.

—Perdona que haya aparecido sin avisar, pero pensé que podría recoger a Ben. He contratado a un chofer, pues sabes que Rob ha empezado en un nuevo trabajo.

—No hay problema, ¿quieres algo de beber?

—Un poco de agua, cariño.

Ella se dirigió de inmediato a la nevera para llevarle el agua, con una rodaja de limón. Justo como sabía que a Thomas le gustaba.

—¿Todo está bien, Dani? Te noto un poco preocupada...

—Todo está bien. He tenido un día largo. Cuéntame de ti, ¿qué has hecho?

—Fui a fisioterapia y me encontré con mi médico después.

—¿Cuál médico? —preguntó.

Thomas se aclaró la garganta. Le era difícil hablar de ese tema.

—Creo que te comenté que estaba viendo a un médico. Es un sexólogo que me recomendó Michael. Llevo tres semanas viéndolo.

Danielle se quedó un poco sorprendida, pero no quiso expresarlo. Creyó que había visto a un médico en relación con la reproducción, tal vez a un urólogo, pero no a un sexólogo.

—Te has quedado muda —rio él, intentando distender el momento.

—Lo siento, no me lo esperaba, pero me parece bien. ¿Te gustan las consultas?

—El doctor Hamilton es genial. Hoy le confesé que tenía novia...

Dani se ruborizó. Estaban comenzando una relación, pero se sintió un poco abrumada por lo que la palabra "novia" podría significar. Luego se sintió mal por albergar esas dudas, temores que fueron exacerbados tras la discusión con su madre.

—¿Y qué te ha dicho el doctor Hamilton?

Thomas se puso esta vez un poco tenso, no sabía cómo decírselo.

—Perdón, Dani, pero él me preguntó si estarías dispuesta a ir a una consulta. Quiere conocerte y cree que hay cosas que deben hablarse en pareja...

Danielle frunció el ceño en el acto, pero sería una pésima novia si se negaba, aunque debía reconocer que para ella esa petición era demasiado anticipada.

—Hubiese preferido esperar un poco antes de hacer algo así —admitió en voz baja—, apenas si...

Quería decir que no habían intimado, pero le pareció de muy mal gusto comentarlo. A pesar de ello, él la comprendió y le tomó una mano.

—Lo sé, yo se lo expliqué al doctor Hamilton, pero él alega que es mejor así. En estos casos, algunas explicaciones previas allanarán el camino de lo que hoy nos parece un poco difícil. Supongo que tengas preguntas, del mismo modo que yo las tuve y las tengo todavía.

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