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Me despedí de Peter, acomode perfectamente mi escritorio y dejé todo limpio, mire de reojo el sitio donde anteriormente Neal trabajada, sentí una punzada en el corazón, tome mi bolsa y entre en el elevador. Recordé una vez cuando Neal me acompaño hasta su casa.

Habíamos salido del elevador, el tomo mi mano y empezamos a caminar unas cuantas calles, nuestras manos entrelazadas las metió dentro de su bolsillo de su saco.

-Tienes las manos frías...
-Sí, estamos a menos 5 grados -solte una risa-.
-Me sonrió, luego me acerco a el- Solo que me sorprende que estés tan fría... Llegando a la casa te tengo una sorpresa -me dedico una sonrisa-.
-Ah si? -dije sonriente- Cuál?.
-No te voy a decir...
-Vamos! -me paré enfrente de él- Dime.
-Acarició mi mejilla, sus dedos también estaba fríos- No te voy a decir hasta que lleguemos, ten un poquito de paciencia.

Paró un taxi, le dió la dirección, al llegar me abrió la puerta, entramos. Al principio todo se veía normal, al subir las escaleras éste también tenía un camino de rosas y velas, al abrir la puerta la mesa tenía una muy románticas cena, y tenía un proyector que transmitía una película.

Ese recuerdo abordo mi mente, al abrir la puerta de la casa parecía que June no estaba, subí las escaleras, abrí la puerta y está tenía una cena con velas, sentí mi cuerpo tensarse, mire unas rosas en la mesa, entre y cerré la puerta. Mire como Neal salía del armario con una botella de vino y dos copas, mi cuerpo temblaba en su interior.

-Buenas noches -dijo el con una dulzura-.
-Que haces? Neal... -mire la cama, está también tenía rosas-.
-Quiero compensar un poco, y agradecerte que me dejaras quedarme -se acercó a mi, tomo mi bolso y gabardina, las coloco en el perchero-.
-Esta es tu casa, Neal -lo miré-.
-No, ahora es tuya. -tomó mi mano y me estiró la silla- Si no tengo mala memoria esto sigue siendo tu comida favorita.
-Sí... Neal, no puedes hacerme esto. -pase una mano por mi cabello- Duele...
-Que? -me miro, sus ojos tramitan una tranquilidad...- Mira... Hagamos algo, hoy solo somos tu y yo, hoy y ahora, sin el pasado, sin mis errores, sin alguien más... Solo tu y yo, como antes.
-Sentí que tomo mi mano- Neal... Si me vuelvo a encariñar de esa manera... Ya no habrá nada, estaré totalmente embobada contigo, y cuando te vayas...
-Me interrumpió, se levantó y acercó una silla para estar enfrente mío- Por una noche, olvídate de eso, esto es una burbuja, nada malo va a suspender en esta burbuja, eso solo es nuestro, solo está noche -tomó mis manos, luego con su mano libre acaricio mi mejilla-.
-Ok... -susurré- Solo está noche.
-Soltó una sonrisa, beso mi mejilla y volvió a su lugar- Perfecto, entonces celebremos por nuestra burbuja.
-Repetí su gesto de levantar la copa- Por nuestra burbuja.

Toda la noche fue mágica, charlamos como antes, reíamos como antes, volvimos a ser una pareja "normal". Luego de la cena, bailamos, una canción muy lenta, solamente nos balanceamos en todo el espacio libre.

-Quiero saber algo, -solamente emití un "mmm" como respuesta- sé que esta es nuestra burbuja, quiero que recuerdes esto... Antes de que pasara lo que pasará... Tu me amabas?.
-Mas rápido de que yo creía separé mi rostro de su hombro para mirarlo a los ojos- Sí, te amé mucho.
-Me llegaste a odiar?...
-Lo intenté... Pero no pude.
-Sentí sus ojos sobre mi, ví una chispa de arrepentimiento, dolor...- Lo siento, no quise hacerte sufrir así... Pero en un mundo perfecto... Quiero que sepas que te habría pedido que te mudaras conmigo.
-Lo mire incrédula- No digas eso, Neal...
-Te lo digo de verdad... -me separé de él y di unos pasos atrás- Que?.
-No puedes decirme eso Neal, no puedes decirme algo así de fuerte y esperar a que lo tome de lo mejor. Tu me vas a abandonar, tarde que temprano, como quieres que "siga adelante" después de esto -camine a la cama y me senté en la esquina-.
-Yo... Lo siento, supongo que... Me deje llevar. -me tape el rostro, se acercó, se puso de cuclillas y retiró una de mis manos- Lo siento, no quería lastimarte.
-Neal... Talvez tu ya lo superaste... Pero yo no -la voz se me rompía-.
-Por favor, no llores... -se levanto, se sentó a mi lado y limpio mi lágrima- Yo... Lo siento.

Levantó mi rostro y beso mis mejillas, miro mi rostro, luego se detuvo a mis labios, sin darme tiempo para analizar, me besó, puso su mano en mi mejilla, me acerco a el, se sacó su traje. Luego de unos minutos levantó mi vestido hasta mi cadera, luego me ayudó a sentarme arriba de el.

Puntos Suspensivos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora