| Mi mate tiene 15|

~Capítulo 21~

Narra Bella:

Todo sigue "normal", las personas de mi manada y personas de manadas aliada, están como locas buscando a Luke. Solo tenemos una opción, pedir ayuda a alguien muy poderoso en el mundo sobrenatural, nadie se atreve a pedirle algo, y esa ayuda necesita algo a cambio, algo muy caro. Pensaréis para mi tiene que ser fácil, claro, soy la futura Diosa Luna ¿No?

La vida no es fácil sin mi hermano, Liam hace lo que puede, siempre está a mi lado, pero lo único que necesito en estos momentos es ver a mi hermano sano y salvo. Por las noches, antes de dormir, intento de mantener la conexión con mi hermano, y nada funciona desde ese día.

Mis pensamientos diarios son solos negativos, rondan en mi cabeza como olas que vienen y van, cargando más mi mente, haciendo que piense que todo es mi culpa y en realidad, todo lo que es.

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Ahora mismo me encuentro en el cuarto de Luke, intentando buscar alguna camiseta que se haya puesto recientemente.
Renesme me está ayudando en todo esto, ella tampoco puede contactar con el lobo de mi hermano, algo que me preocupa demasiado.
Voy hacia el armario y lo abro, la primera camiseta que me viene viene a la mente es la que siempre se pone para entrenar, se que esa tiene su esencia, así que me dispongo a cogerla y empezar a olerla.
Mi primera impresión fue de duda, no olía a mi hermano, todo lo contrario, olía a una especia de planta, raro.
-Bella, este olor no me gusta, no huele bien- su voz está apagada.
-Lo se Renesme, tiene que ser alguna planta, esto no me pinta bien. Vamos a ver a mi abuela, ¿te parece?- algo va mal, ¿por qué la camiseta de Luke tiene ese olor tan característico y no se de donde viene exactamente?

Solo necesito una respuesta, ¿por qué?
¿Por qué está pasando esto?
¿Por qué no me secuestraron a mi?
¿Por qué mi hermano?
Solo quiero matarla, y eso haré.

Mientras que iba de camino al hospital, imágenes rondaron por mi cabeza, haciéndome estremecer del dolor. Ese lugar... Me suena de algo. Espera, ¿esa era Celeste? ¿Pero qué coño?
¿Qué acabo de ver? Era mi hermano, lo se, era mi hermano y Celeste le estaba torturando. ¿Por qué me suena tanto ese sitio? Tengo que averiguar dónde está exactamente, ojalá pudiera hablar con Luke.

Sumergida en mis pensamientos, llegué a la puerta de la habitación de mi abuela. Verla ahí, enganchada a máquinas, dependiendo de ellas para vivir, me parte en trocitos mi corazón. Ella, viendo que había llegado, rápidamente me sonríe y abre sus brazos para que le abrace. Yo, sin pensármelo dos veces, me tiro a sus brazos, queriendo llorar por absolutamente todo.
-Hola mi niña, ¿cómo estás? Te veo cansada hija, ¿has dormido hoy?- su sonrisa en la cara me da buenas vibraciones.
-Hola Yaya, pues hoy no me dormido apenas, no paro de pensar en Luke, y tú ¿cómo estás? ¿Cuándo vas a salir de aquí?- mis ojos empiezan a escocer, causa de aquel momento que estaba pasando.
-Pues hija, sinceramente, estoy bastante bien. Los médicos que han dicho que entre hoy y mañana salía de esta habitación tan sosa- sonriendo, limpia mis lágrimas, provocándome que sonría también.
-Yaya, cuando estaba cogiendo una camiseta de mi hermano para coger su esencia para uno de los hechizos, al olerla, en vez de oler a Luke, olía a una especie de planta muy rara. Mira- cojo mi maleta que estaba puesta en un sillón, y le doy la camiseta.

Ella empezó a oler la camiseta, y su cara era de duda, después de sorpresa. Algo no va bien.

-Bella, esto no está bien, esta camiseta debería tener su olor, no verbena. A Luke lo han estado envenenando poco a poco Bella. Lo han hecho para que esté débil y capturarlo.- su tono cada vez iba siendo más fuerte, esto no me gusta.
-¿Es en serio Yaya? ¿Crees que lo han ido envenenando? ¿Pero cómo puede ser, si él siempre estaba conmigo o con su novia? Espera, ¿habrá sido ella?- me llevo las manos a la cabeza, dando vueltas por la habitación, pensando si podría haber sido ella.
-Todo apunta a ella, Bella. Dile a ese jovencito tan guapo que te acompañe a hablar con ella. No seas tan directa, invítala a casa a tomar un café. Seguro que acepta para no causar sospechas. Ve anda, tu hermano espera que lo salven.- vuelve a abrir sus brazos para que le abrace, yo decidida, le abrazo con fuerza, le doy un beso y me voy a casa mientras que llamo a Liam.

-¿Si?- su voz hace que mi piel se erice.
-Hola, amor. ¿Dónde estás? Estoy saliendo del hospital, ¿puedes venir a mi casa? Necesito que vengas para poder contarte todo.-
-Hola amor, estoy en mi casa, cojo la moto y voy para allá, ¿va todo bien?- su voz parecía preocupada.
-Bueno, tengo que contarte una cosa, ahora cuando te vea en persona te cuento todo. Ten cuidado, te quiero.-
-Adios Bella, yo también te quiero.- al escuchar esto cuelgo inmediatamente. Me monto en mi moto y vuelvo a mi casa.

El camino fue corto, mi mente estaba despejada, algo raro en mi. Siempre que voy en mi moto, es como si nada más existiera.
Me bajé de la moto, cogí las llaves y abrí la puerta para ir directamente a mi cuarto. Me senté en la cama y llamé a mi cuñada para que viniera en mi casa. Sospechosamente, tal y como dijo mi abuela, ella aceptó rápidamente venir a mi casa.

El timbre sonó, supe que era Liam, así que me levanté rápido y abrí la puerta. Ahí estaba mi novio, abrió sus brazos y me tiré en ellos. Escondí mi cabeza bajo sus brazos y sonreí. Él me abrazó más fuerte y me dio un beso en la cabeza.

-Mi amor, ¿cómo estás? Te noto cansadita- me cogió de la barbilla, haciendo que le mire a los ojos.
-Estoy cansada, si, pero yendo al grano, antes estuve mirando ropa de Luke para coger su esencia y empecé a oler una camiseta. Todo iba bien hasta que percibí un olor raro, y ese olor era verbena. Lo primero que se me pasó por la mente es que alguien le estaba envenenando poco a poco, y Luke siempre estaba o conmigo o con su novia y pues mi abuela y yo llegamos a la conclusión de que era ella la que le estaba envenenado, así que la he invitado a que tome un café con nosotros e intentar sacarle información. ¿Qué te parece?- lo había soltado todo, haciendo que me quede mucho más tranquila.
-Vale, entiendo todo, creo que tu abuela tiene razón. Tú no serías capaz de envenenar a tu hermano, es obvio. Así que es ella. Recuerda que tenemos que sacarle la información poco a poco, sin que se dé cuenta.- y me volvió a abrazar.

Nos sentamos en el sofá, los dos abrazos, mientras que esperábamos a la supuesta novia de Luke.
Todo estaba tranquilo, él acariciando mi cabeza y yo callada, pensando en todo. Hasta que escuchamos el timbre. Ya estaba aquí.

1208 palabras.