01 - El Omega triste de la clase diez.

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Cinco años después, Corea del Sur - Seúl.

—¡Gatitooooo!—Chilló un pequeño de cabellos dorados y una mirada avellana dulce, corriendo hacia YoonGi. El cual se agachó y estiró sus brazos para recibir a su cachorro.—¿Cómo te fue con tu nuevo jefe, papi?

—Muy bien cachorro, mañana es mi primer día de trabajo.—Respondió YoonGi con una sonrisa ésa que tanto Yeonjun amaba ver, porque le recordaba a un gatito.—Y mañana es tu primer día en tu nuevo Kinder ¿Acaso no estás feliz, bebé?

—Estoy feliz YoonGi hyung porque voy a tener nuevos amiguitos.—Sonrió, era una sonrisa geométrica, YoonGi también la amaba y por eso hacía sonreír todo el tiempo a Yeonjun con tal de ver esa preciosa sonrisa.—Papi, te quiero mucho, y entiendo que estamos aquí por tu trabajo.

—Te prometo que serás feliz aquí también, aunque estemos un poquito más lejos de tus abuelitos.—YoonGi acarició las hebras doradas del pequeño Omega.—Además sé que tus nuevos amiguitos van a adorarte.

—¡Sipi! Porque yo soy bonito.—Asintió.

—¿Ya te dije lo mucho que te adoro, Yeonnie?—Preguntó con una sonrisa, sus ojos brillaban intensamente cada vez que estaba cerca de Yeonjun. Después de todo él lo había salvado del suicidio, de la muerte en general.

Yeonjun sabía que YoonGi no era su papá biológico, YoonGi lo había decidido así ya que no quería lidiar con problemas a futuro. YoonGi le explicó que era su papá del corazón, que lo amaba porque lo había salvado de muchas cosas. Yeonjun no preguntaba mucho por quiénes eran sus verdaderos padres, pero YoonGi le había dicho que éstos no podían cuidarlo porque estaban enfermos, y se lo habían dejado a él. Yeonjun decía que él no necesitaba conocerlos, porque tenía a YoonGi y a sus abuelitos a los cuales amaba muchísimo.

—Bueno bebé, vamos a bañarnos para dormirnos porque mañana nos tenemos que despertar temprano. Tú tienes que ir al Kinder y yo a mi trabajo.—YoonGi empezó a caminar con el niño cargado en brazos, Yeonjun frunció sus labios.

—¡Papi yo quiero cenar pizza!—Exclamó.

—Bebé, ¿Qué hablamos de comer comida pesadas en las noches?

—Pero mañana es un día especial para los dos papi. Y yo quiero que los dos tengamos una cena especial...—Murmuró jugando con sus dedos mirando al suelo tímidamente. YoonGi rió con suavidad y tomó con delicadeza el mentón de su hijo, alzandolo.

—Está bien.—Aceptó y Yeonjun no pudo evitar sonreír emocionado, chilló de felicidad y abrazó a su papá; aspirando su aroma.—¡Hoy es la última que lo hacemos! Eres pequeño todavía y necesitas comer algo más que pizza.

—¡Está bien Yoongi bongo morongo!—Asintió frenéticamente conectando su mirada avellana con la oscura del Alfa.

—Vale, ve quitándote la ropa que en un momento te ayudo a echarte champú. Mientras tanto iré pidiendo la pizza.—Pidió dejando al niño en el suelo, éste asintió y corrió hacia el cuarto de baño con una sonrisa de oreja a oreja, era un niño muy feliz.—¿Qué haría sin este niño? Tiene mi mundo de cabeza desde que llegó...

YoonGi adoraba a su hijo.

Haría cualquier cosa por él.

Esperaba que lograra acostumbrarse a la nueva vida que les esperaba.

YoonGi tenía una oportunidad para dar clases en la mejor Universidad de Seúl, cerca de allí quedaba un Kinder y una escuela primaria, también muy reconocida, así que YoonGi se sentía un poco preocupado por cómo se relacionaría Yeonjun con los niños "ricos". Sabía que Yeonjun era el Omega más dulce que alguna vez haya pisado la tierra, pero tenía miedo cómo irían a tratarlo los niños.

El parecido de tus ojos. - YoonMinWhere stories live. Discover now