Espejos del Pasado

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 Mirando a la puerta no sabía qué hacer, eran las 2pm y solo podía  dudar en su decisión. Había permanecido despierto toda la noche y fue así desde hace 3 meses. Encontró un lugar que era un sitio ideal para entrenar y pasaba allí gran parte del día o incluso varios días entrenando sin cesar… por supuesto Quitara intento cambiar la situación pero no hubo caso, Li se estaba descontrolando y las supresiones no estaban resultando más; a pesar de que las sesiones se hicieron más intensas no funcionaban y esa era una mala señal.

Por supuesto a Li no le iba ni le venia que ocurría a su alrededor, para el absolutamente nada ya tenía sentido alguno. Seguía contemplando el picaporte como dudando pero la curiosidad le gano y decidió entrar.

Era un cuarto repleto de espejos, parecía un salón donde se practicaba danza. Ese lugar por algún motivo poseía un aire misterioso y daba una mala impresión. Al haber satisfecho su curiosidad se dispuso a irse cuando vio que una sombra pasaba a gran velocidad a un costado suyo, entonces la puerta de la habitación se cerró bruscamente y de repente ya nada le caía bien de estar allí. Su cuerpo se sentía pesado, tanto que fue obligado a caer de rodillas al suelo y la presión en su cabeza era impresionante. Pudo ver a través del espejo frente suyo una imagen suya, pero un detalle, esa imagen de él la vio hace años…era su infancia.

Grito desesperadamente cuando las imágenes comenzaron a revelar verdades dolorosas de su vida, podía visualizar unas muletas, las paredes blancas, a él mismo…todo como un espectáculo frente a sus ojos pero no como recuerdos, porque estos le agredían… llego a un punto tan fuerte que li comenzó a temblar descontroladamente y su energía subía y subía. Tanto que logro captar la atención de todos a 200 km y ni que decir de los que habitaban en el castillo.

Aratsumaru:- sentada en un sofá, en su habitación, con una cínica sonrisa- ya caíste- ríe un poco.

Yusslyder como era el más cercano allí fue el primero a llegar al pasillo y corrió tanto como pudo, para luego intentar abrir la puerta del salón de espejos.

Li gritaba y aumentaba su nivel de energía, tanto que el castillo se agitaba a lo largo y ancho, los espejos poco a poco se fueron rayando hasta que se rompieron y todos salieron disparados cerca de Li, pasando todos por sus costados.

Yusslyder logro abrir a duras penas la puerta y se encontró con un espectáculo espantoso, sangre emanaba de todo el cuerpo de Li, para ser más exactos de sus múltiples cortes, mientras este clavaba la mirada al suelo perdido.

Yusslyder: señor- con dolor pero intentando ser frio- déjeme…-le paso la mano y Li con solo su energía lo empujo y se levanto tambaleante para llegar por sus propios medios a la puerta.

Li: no necesito…de nadie- dijo antes de marcharse a su habitación.

Mientras Bazzel descansaba escucho pasos yendo a la habitación frente suyo, tanta era su curiosidad pero ya había dominado las ganas de husmear por allí o ver quién era el propietario del pasillo puesto que escuchaba pasos por la noche. Al escuchar cerrarse la puerta salió para poder buscar comida, lo grandioso de estar allí es que podía ir a la cocina cuantas veces quisiera… al salir pudo ver el rastro de sangre que al parecer llegaron hasta la entrada del cuarto al frente, trago saliva y con cierto nerviosismo decidió hacer la vista gorda y concretar su idea para luego dormir.

Se recostó en su cama tratando de pegar pestañas pero simplemente no le llegaba el sueño. Aun se preguntaba el porqué de tenerlo allí en el castillo, pero no podía preguntar…empezó a imaginarse cuales serian los posibles motivos pero nada le venía a la cabeza, blanco.

Se dio vuelta a un lado y comenzó a recordar un pequeño momento de su infancia, cuando tuvo curiosidad de mirar su propio rostro, puesto que ni el sabía como era.

Se paro frente al espejo observándose un buen rato, dudando de si hacerlo o no. No lo hizo, volvió y lo intento pero el miedo a descubrir algo que no quería lo supero; como era posible que no pudiera mirarse a si mismo…le parecía tonto pero pensaba en que si ni a él le permitían mirarse era porque no estaba bien o algo así, lo que su infantil mente pudiera entender mejor.

Hasta ese momento tenía esa curiosidad, pero ya no era tanto porque ya se había habituado a ver aquella mascara como su propio rostro. Se volteo de nuevo y trato de conciliar el sueño pensando en que pronto sabría por que estaba allí y para que lo necesitaban.

El Señor de los OscurosWhere stories live. Discover now