Parte 10

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Hyukjae todavía puede sentir el calor de la pasión persistiendo bajo su piel la tarde siguiente mientras espera en el auto. Incluso sin participar realmente en la actividad sexual, su cuerpo se siente cargado; simultáneamente en el borde y saciado con una relajación profunda. Frota su brazo sobre su suéter distraídamente, el peso de su mano se traduce en la calidez del abrazo de Donghae.

Sus ojos se abren con el sonido de la puerta de un auto al abrirse, parpadeando sorprendido de haberlos cerrado sin siquiera darse cuenta. Su pecho se aprieta junto con su garganta mientras le sonríe a Jieun, sintiendo extrañamente que la noche anterior había constituido un engaño más que cuando Donghae y él habían dormido juntos. —Hola —saluda, encontrando que su cuerpo está tan tenso como el de Jieun cuando ambos se inclinan hacia adelante para dejarle besar su mejilla. Se acomoda con alivio y un suspiro silencioso por la nariz, poniendo el coche en marcha—. ¿Que tal tu día?

Jieun se abrocha el cinturón de seguridad y juega con su bolso, pasando sus dedos sobre el metal liso y pulido pero no pintado, adivina Hyukjae. No parece familiar. —Estuvo bien, en realidad —sonríe, sus ojos se iluminan en un recuerdo del que Hyukjae espera escuchar—. Salí a almorzar con un amigo y ese molesto cliente finalmente se ha callado.

Es la forma ligeramente alegre en la que su voz pasa como un fantasma más allá de la palabra 'amigo' lo que hace que el estómago de Hyukjae se agite incómodo. —¿Oh? Eso es bueno —dice con el entusiasmo suficiente para que las mejillas de Jieun curven sus ojos en medias lunas y su lengua se sienta pesada en su boca. Entonces el chico trabaja con ella. Tragando, trata de reunir el valor para ser honesto. Tuve sexo con un hombre que me ha mostrado más afecto que tú en unos seis meses. Sé que tienes a alguien más. No hay nadie en mi vida que piense que estar contigo es algo bueno. Abre la boca.

Nada.

Maldita sea Hyukjae, di algo. —Entonces, ¿quién era este amigo? —Mierda; mierda; cancelar; ese no es el coraje que necesitabas Hyukjae; tú eres el culpable aquí...

—Nadie; sólo un chico del otro departamento —Jieun se encoge de hombros, volviéndose para sonreírle de manera tranquilizadora. Si Hyukjae pudiera ignorar la forma en que sus labios no se curvaron perfectamente, podría fingir que ella no le estaba mintiendo.

Se contundente, Hyukjae. Contundente. —La crema de hongos funcionó. —Oh, Dios mío, no ese tipo de contundencia.

El rostro de Jieun se contorsiona tanto con diversión como con disgusto, su boca luchando por sonreír y hacer una mueca simultáneamente. —Eso es bueno. ¿De dónde vino eso?

Hyukjae mantiene sus ojos pegados a la carretera, apretando el volante con fuerza. —Ni idea; solo estaba tratando de ser directo.

Jieun se ríe y niega con la cabeza, girando un anillo en su dedo medio. —No creo que ninguno de los dos sea muy bueno en eso.

—No —está de acuerdo Hyukjae—. No lo somos en absoluto.

***

Hyukjae apaga su teléfono esa noche. Cambia sus sábanas a un impersonal blanco antes de acostarse, dejando que su iPod con las canciones en aleatorio para evitar que el silencio lo constriña. Apretando el edredón alrededor de su cara, mira la pared, la lujuria y la emoción luchando con la culpa y el disgusto. Una sonrisa cruza su rostro momentáneamente al recordar los brazos de Donghae alrededor de él, pero inmediatamente se desliza cuando el rostro de Jieun reemplaza la visión; la vergüenza por las traiciones de ambos bombea espesa como veneno en su sangre.

Soy una persona mala. Agarra el edredón con fuerza, apretándolo duro hasta que puede sentir la fina dureza de sus uñas a través del material. Haciéndole eso a ella, dejándola hacer eso a mí, Donghae.

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