5. ¡Manos a la obra!

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Sango: (Sorprendida) Creo que tú eres más positiva que el mismo Kohaku. (Siri ríe) Pero... ¿No te afecta esto? Es decir... Vivir con él y el que todos crean que... bueno...

Siri: Entiendo que su plan es hacer creer eso. Y pues... (Se sonroja) Usted sabe que le tengo mucho cariño a Kohaku pero entiendo que él está interesado en alguien más... (Suspira) Debería verlo con cuanto cariño guarda sus cosas.

Sango: (Impactada) ¿Sus cosas?

Siri: De lady Irasue.

Un alarido escapa del pecho de Sango ante tal sorpresa... ¡¡Pero qué descaro de Kohaku!!... Entiende que no tenga intenciones amorosas con Siri, ¿Pero es que incluso le había dicho el nombre de la mujer que lo tiene con cara de tonto?

Un momento.

Sango: ¿Tiene cosas de ella?

Siri asiente... De pronto un lamento emana de Sango y toca su abultado abdomen de poco más de 8 meses. Y además de eso se inclina un poco... ¡¡Seguro los dolores de los que le contó ya se están manifestando!!

Siri: (Preocupada) ¿Está bien? ¿Voy por la sacerdotisa?

Gemelas: (Emocionadas) ¡¡Ya va a nacer!! 

Sango: (Toma aire y exhala) No, no. Estoy bien.

Con gesto de decepción las gemelas se retiran a seguir jugando con sus hermanitos y Siri no tarda en reunirse con los niños, pues el monje Miroku recién llega y solicita hablar con su esposa a solas.

Luego de cenar Sango observa por un momento a Siri mientras duerme... Ella lucía muy segura al afirmar que había tal vez alguna posibilidad entre Kohaku y la madre de Sesshomaru. No, no puede ni siquiera imaginarlo.

Pero Siri en realidad, sí tenía un motivo para afirmarlo.

---Cinco días atrás---

Luego de que Irasue volviera con Algodón y Toga al palacio de Sesshomaru, al notar la ausencia de los muchachos, y agobiada porque el inútil de Toga la preocupara nuevamente al mencionar algo sobre un tornado, toma una decisión.

Debe ir a la mansión de Kohaku por sus cosas. Necesita su espada.

Sólo tiene que escabullirse del difunto.

Pero era un perro garrapata.

Preguntará cosas, querrá explicaciones.

Y no se las dará.

Por infiel.

Pero era mejor evitar otro coraje.

De tantos disgustos la hará envejecer.

Jamás.

Así que...

Ambos están junto al río que se encuentra cerca del palacio, y Toga aún no entiende en verdad por qué Irasue tiene tantas atenciones con ese animal. ¡¡¡Es un conejo!!!

Pero ella insistió en llevarlo a beber agua limpia y permitirle jugar en ese lugar donde come plantitas y hojitas y mueve las orejitas y la colita y bla bla... ¡¡Todo en diminutivo!!

¿Por qué la tiene tan maravillada?

¡¡No hace nada!!

Y sin embargo ella festeja cada ridículo y torpe salto que da.

Con notorio gesto de enojo voltea a verla... Y ella luce tranquila y feliz.

Pero lo más impresionante: ella está sentada sobre la rama de un árbol de aspecto extraño, inclinado, de grueso tronco y ramas fuertes y no tan alejadas del suelo.

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 6.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora