𝘱𝘪𝘯𝘵𝘢𝘭𝘢𝘣𝘪𝘰𝘴 𝘺 𝘱𝘳𝘰𝘧𝘦𝘤𝘪́𝘢𝘴
───────────
se viene un capítulo un tanto largo, pero de los más importantes. el que avisa no es traidor ;)
─
──────────
Corríamos.
Con sueño, con sed, con cansancio. Pero corríamos por nuestra vida.
Millones de zarpas afiladas dispuestas a aniquilarnos.
Al mismo tiempo, una angustia terrible crecía por mi pecho; pues la amenaza había estado en nuestras narices, pero no nos habíamos percatado.
Había reaccionado demasiado tarde. Las vidas que amaba... perdidas.
—Newt, arriba. —llegó a mis oídos una voz dulce.
Abrí los ojos y el rostro bondadoso de mi hermana Luna me sonreía.
—¿Has dormido bien?
Se había recogido su cabello rubio platino con una cinta adornada con girasoles al estilo Van Gogh. De sus pendientes colgaban dos mariposas verdes.
Decidí ignorar el reciente y perturbador sueño que acababa de tener.
—Sí —dije mientras me incorporaba, con una voz somnolienta.
—Me alegro. —respondió —Tienes una reunión en la casa grande en diez minutos. —añadió como quien preguntaba si las almohadas estaban bien mullidas.
—¿Qué? —me detuve —¿Por qué?
Entonces Gwen entró en el cuarto acarreando una pila de ropa:
—¿Hace falta que te recuerde que quedan diez minutos? Ya deberías de estar desayunando.
Me levanté pesadamente de la cama para cambiarme de ropa.
Observé mi pequeño y colorido walkman que descansaba en la mesilla de noche. Un regalo de mi padre. Nunca le había dado demasiada importancia; Spotify o cualquier mp3 lo superaba con creces. Pero, irónicamente, fue la única cosa que no acabó aplastada o chamuscada después de que la zarpa de aquel minotauro estrellara contra mi coche. Me pareció casi una falta de respeto dejarlo allí tirado, por lo que fue una de las pocas cosas que vinieron conmigo al campamento. Había una cinta en su interior, y otra en un pequeño compartimento en un lateral. Nunca había probado a reproducirlas, y tampoco pensaba hacerlo en un futuro próximo. Lo recogí por un segundo, pero en seguida volví a guardarlo en uno de los cajones de la encimera.
—¿Dónde está Maisie? —pregunté una vez vestido mientras salía de la habitación. A esa hora nuestros entrenamientos no habían empezado todavía, y me parecía extraño que no se encontrase en la cabaña con el resto.
—Con su nueva novia, seguro. —comentó una ofuscada Gwen mientras pasaba como un rayo a mi lado.
—Ha salido pronto esta mañana. —añadió Luna con mucha más calma. Estaba pintando una camiseta.
Sabía del pequeño romance de Maisie y Avril, una chica de la cabaña once, desde hacía tiempo. También sabía las razones por las que habían preferido ocultárselo a Gwen.
No especialmente por las razones que estaréis pensando, si no por otras diferentes. Mi hermana se trataba de una persona bastante protectora, tanto para lo bueno como para lo malo. Aún así, algo me dice que ella no siempre fue de esa manera.
Recordé mi primera noche en la cabaña. Llegué bastante tarde, asustado y rodeado de malos augurios sobre mí. "Otro más" todos susurraban. Yo solo quería dormir. Todas mis hermanas se ocuparon de darme un cálido recibimiento, pero al ver el serio rostro de Gwen supe quién mandaba allí. Al llegar al interior, esta aseguró que me prepararía una cama. Recuerdo que de entre todas las camas vacías, había una de ellas que se encontraba totalmente preparada, con edredón, almohada e incluso lamparilla de noche; que aparentaba no ser de nadie. Cuando le informé a Gwen que no hacía falta que me preparase otra cama nueva, se limitó a ignorarme y a insistir en que me instalase en otra cama que ella había preparado. Curioso, pregunté por aquello, y la única respuesta que obtuve fue de Luna: "lo sigue esperando."
YOU ARE READING
𝙬𝙝𝙚𝙣 𝙩𝙝𝙚 𝙜𝙤𝙙𝙨 𝙛𝙖𝙡𝙡 𝙖𝙨𝙡𝙚𝙚𝙥, 𝙬𝙝𝙚𝙧𝙚 𝙙𝙤 𝙬𝙚 𝙜𝙤?
Fanfiction[CANCELADO] « 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘭𝘰𝘴 𝘥𝘪𝘰𝘴𝘦𝘴 𝘥𝘶𝘦𝘳𝘮𝘦𝘯, 𝘢 𝘥𝘰́𝘯𝘥𝘦 𝘷𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘯𝘰𝘴𝘰𝘵𝘳𝘰𝘴? » ❝-. seis mestizos. destinados a luchar. o quizá... a algo más que eso. * ✧ ˚ · ((hechos posteriores a "half-blo...
