Capítulo I: Paradise Falls

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Era de madrugada, el choque del vendaval con las ventanas se oía en toda la casa. Craig Jones empacaba las últimas cosas en su maleta. Iría a vivir con su novia a Paradise Falls, el edén de las sonrisas. Para que ella pudiera cuidar de su padre.

José Devian sufría de problemas del corazón desde que era joven. El mes pasado tuvo una recaída que lo dejó en estado de gravedad. No le encantaba la idea de abandonar su casa, y menos para ir a visitar a sus suegros. Pero, aceptó el pedido. Craig perdió a sus padres cuando era joven. Fue en un accidente de tráfico, mientras pasaba las vacaciones en un campamento. No quería que a ella le quedara el mismo dolor por no poder despedirse.

De repente la puerta de la habitación se abre de par a par. Samantha entró con varias mochilas a su espalda. Y con tono alegre dijo:

— Hay que darnos prisa para llegar antes del anochecer ¿Tienes todo listo?

— Ya casi estoy. Solo faltan un par de cosas por empacar — dijo Craig —. ¿Cómo reaccionaron tus padres al comentarles que nos mudamos?

— Les encantó — Samantha dejo los bolsos en la cama y agregó—. Se les veía muy felices con la noticia. Van a organizar una pequeña reunión entre vecinos esta noche por nuestra llegada.

— No es necesario que se molesten.

— Ya sabes como son, les encantan las reuniones y son muy alegres. No se dañarán las cosas por dejarlas en el carro. Empacaremos la mañana del día siguiente. ¿De acuerdo?

— Bueno. Si solo será una pequeña reunión está bien.

— ¡Perfecto! La pasaremos genial, te lo aseguro.

Durante la pausa que siguió, Craig pensó:

«No creo que eso suceda».

— Ya empaque, seguro que si salimos ahora llegamos antes de las seis. Vamos a subir las cosas al coche.

La pareja salió con destino a Paradise Falls, un pueblo al sur de Florida. Al igual que muchos de sus vecinos los padres de Samantha vivían en esa zona desde chicos. Era muy raro que alguien se mudara, lo normal es que las casas pasaran a los hijos. Tuvieron suerte de encontrar una propiedad a la venta. María Casanova se encargó del papeleo. Hace tiempo que no veía a su hija, y quería ayudarla en todo lo posible para la mudanza.



Jones contemplaba el paisaje en su Rolls Royce Phantom. La vista le era magnífica. El gorjeo de los pájaros era un canto melodioso que llegaba a los oídos. El sol brilla desde un cielo despejado de verano. «Tal vez, no sea tan malo como creía quedarme aquí». Pensó Craig. El cambio de clima le agradaba. No dejaba su natal Washington hacía mucho, donde el frío era más común, en especial por aquellas épocas del año.

Devian llevaba dormida dos horas. Justo después de que vieron unas casas hechas de paja al costado de la carretera. Ese fue el último rastro de civilización que se divisó. La naturaleza dominaba el resto del camino.

El sonido del celular lo regresó de su abstracción. Miró el teléfono, contestó y dijo:

— Aló 

— ¿Cómo que "aló"? Te vas un día con la novia rica y ya olvidas a tus amigos.

— ¿Qué cuentas Tony? Quise despedirme antes de irme, pero no estabas en casa.

Tony trabaja como investigador privado, en una compañía muy importante de New York. Él y Craig se conocieron cinco años atrás en un curso de defensa personal. Desde entonces eran muy buenos amigos.

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⏰ Última actualización: Mar 01, 2022 ⏰

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El Cadáver Bajo las Rosas | #ONC2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora