— Muy bien, según a lo que recuerdo ese supermercado debe estar a dos calles de aquí. -Habló el castaño de nombre Taehyung mirando las calles frente a ellos.
Los otros 3 le siguieron bajándose del auto.
— Eso dijiste la última vez que salimos y lo único que conseguimos fue perdernos. -Jungkook se quejó en voz alta. — Espero que esta vez no sea igual.
Tae rodó los ojos y comenzó a caminar. — Si estudié el mapa, Kookie. Estoy completamente seguro que estamos por llegar.
— Bueno, si no tienes razón te tocará hacer guardia por tres noches en nuestra casa. -Dijo por primera vez Seokjin.
Con un puchero pronunciado en su rostro, Tae aceptó. Siguieron las indicaciones dadas por el castaño dejando el auto en el que venían un tanto oculto.
— Bien, ahí está la entrada. -Los cuatro chicos pararon su paso frente al gran supermercado. Seokjin suspiró. — Hay que separarnos.
— No creo que sea buena idea ir por nuestra cuenta cada quien. Vamos todos juntos.
— Pero si vamos juntos Jungkook podremos tardar más en saquear el área. Si es que hay algo aún. -El rubio habló aún con su mirada fija en las puertas del sitio. — Separarnos es mejor para recorrer el lugar lo más que podamos.
El menor asintió dándole la razón al final. — ¿Vamos cada quién por un pasillo o nos separamos dos y dos?
— Dos y dos. Que una pareja vaya a ciertas áreas y la otra se encargue del resto. -Respondió Jin. — Jungkook vendrá conmigo.
— Entonces iré con Jiminnie. Ustedes vayan por el lado izquierdo y nosotros nos encargamos del derecho. -Los otros asintieron con la cabeza. — Lo que vean que nos sirva, lo toman. Si bien podría no haber nada ahí pero busquemos bien. Hobi hyung necesita las vendas y el alcohol. -Siguió hablando Taehyung. — Estemos atentos a todo lo que se mueva ahí.
— Jin hyung y yo nos adelantaremos. Si se encuentran en apuros usen su radio y avísenos. Si la cosa se pone peor, usen su arma. -El menor comenzó a prepararse. — Lo más importante, manténgase vivos hyungs. -Tae, Jimin y Jin le dieron una mirada a Jungkook. — O me encargaré de traerlos desde el más allá y yo mismo les patearé el culo por idiotas.
Jimin rió un poco. — Más nos vale vivir entonces. No tengo ánimos de recibir una patada en mi culo.
— Bien, Jungkook vamos. Ustedes chicos cuídense. Nos vemos pronto. -Les sonrió un poco Jin a los dos que entrarían después de ellos.
— También hyung, cuídense. -Susurró Tae viéndolos irse.
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— ¿Crees que deberíamos separarnos?
— ¿No quieres estar conmigo? -Hizo un puchero el castaño sin dejar de prestar atención a su alrededor. — Sería muy peligroso, Jimin-ah. No quiero.
