🌔 Gibosa creciente

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━ Okay Kageyama, recuerda. Evita gritarle, evita golpearlo, evita corregirlo de mala gana y sobre todo, intenta sonreirle sin asustarlo.

Enumeraba Sugawara mientras el pelinegro asentía con la cabeza, grabando bien sus palabras en su conciencia. Hoy una vez más tenían entrenamiento, el pequeño pelinaranja no tardaría en llegar y el plan "Conquistar a Hinata Shoyo" debía ponerse en pie.

─ ¿Por qué aún no llega?.

Kageyama frunció el ceño después de aquella pregunta que formuló, Shoyo debió llegar hace quince minutos, y su ausencia inquietaba a los integrantes del equipo. Lo bueno fue que, la espera terminó después de un rato. En la entrada del gimnasio apareció una melena naranja más despeinada de lo normal, el rostro del dueño de esa melena estaba sucio y raspado, de sus ropas ni hablar.

━ ¡Hinata! ¡¿Qué te pasó?!.

Se escuchó la voz de Yamaguchi por todo el gimnasio mientras se acercaba junto a Nishinoya y Sugawara.

─ Oh... Tuve un pequeño accidente en el trayecto, mi bicicleta fue la que más daño tuvo, así que tuve que llegar a pie.

Explicó mostrando una de sus lindas sonrisas para tranquilizar el ambiente, para su mala suerte, ya era muy tarde. Los tres lo estaban interrogando como si fueran detectives. Por otro lado, Tobio estaba en un conflicto mental de si acercarse a preguntarle o ser el mismo de siempre, hasta que recordó el plan y suspiró. Se acercó al pequeño dandole igual que lo estén interrogando y se inclinó un poco hasta quedar a su altura y se dispuso a preguntar agregando algo sin querer.

─ ¿Te sientes bien, idiota?.

Kageyama recibió un pequeño golpe de parte de Sugawara para que se diera cuenta de su mini error, pasó la mano por la zona golpeada y peinó un poco los cabellos del más pequeño.

─ Ven, vamos a limpiarte, el profesor Takeda y el entrenador Ukai volverán pronto.

Pasó el brazo por sus hombros y se lo llevó a los baños, para sorpresa de todos, no hubo peleas, ni empujones, ni gritos, solo se fueron en silencio a los baños.

Y ahí estaban, ambos chicos en el baño, uno sentado en el lavabo con los ojos cerrados gracias a la vergüenza mientras el otro estaba entre sus piernas, limpiando su rostro y un par de raspones.

─ Estás listo.

Anunció el pelinegro antes de observar casi en camara lenta como Hinata abría sus ojos para mirarlo, cosa que lo puso un poco nervioso.

─ Gracias, Kageyama.

Le mostró su linda sonrisa mientras reprimía las ganas de abrazarlo de felicidad, era primera vez que el pelinegro hacía algo como esto,  lo ponía muy contento.

─ De nada, Hinata.

Y ahí ocurrió algo mucho más magico para el pequeño Hinata, Tobio le sonrió de forma relajada y amable, ¡Eso nunca pasa! Cuando sonríe es con amargura o de forma aterradora.

─ ¿Hinata, vas a venir o no?

La voz del pelinegro sacó a la pequeña mandarina de sus pensamientos.

─ Oh, si, ya voy.

Se bajó con cuidado y trotó hasta el más alto para así salir del baño. Al volver al gimnasio por fin empezó la practica. ¡Mision cumplida para ambos! Dieron un paso hacia adelante para mejorar su relación.

Talking to the moon • KageHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora