🌑 Luna nueva

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─ Atrevete a reír y te pincho el balón.

Amenazó sonrojado el más bajo. Ya se había cambiado, pero el chiste era que la ropa de Tobio le quedaba enorme, sin exagerar se podía esconder completamente dentro del gran polo negro, solo se tenía que hacer bolita y listo. Por otro lado, el pelinegro estaba tragandose todo tipo de risa y mueca que pudiera soltar, encontraba muy adorable el ver a Shoyo en este estado.

─ E-Es qu... ¡Jaaaaaa~!.

Soltó ante su pequeño esfuerzo de no reír y morir de ternura. Era imposible no hacerlo.

─ ¡Es que te ves muy abrazable~!.

Continuó riendose mientras esquivaba las almohadas que lanzaba el más bajo. Se fue acercando con agilidad y agarró la manga del polo que llevaba Shoyo para así jalarlo y rodearlo con sus brazos.

─ Calma, he dicho que te ves muy abrazable, no me estoy burlando.

Soltó una última risita y sintió como el forcejeo del más bajo desaparecía, dejandose abrazar con tranquilidad, bueno, eso quería dar a entender, porque por dentro estaba gritando como loco, Kageyama Tobio, quien siempre evitaba el contacto físico, lo estaba abrazando y le hizo un cumplido, contando tambien que dormirá en su misma cama y usará su ropa, es de esperar que quiera correr por toda la casa.

─ Ven, mira esto.

Comentó el antes mencionado jalando la manga del polo para llevarlo hasta la ventana de su habitación, señaló la esfera brillante tras las nuves grises y volvió a hablar.

─ Da igual cómo este el clima en la noche, su brillo siempre está presente.

Shoyo sonrió mientras veía la luz tras las nuves y soltó un pequeño suspiro apoyando la frente en la fría ventana.

─ Esto puede llegar a sonar muy loco... Pero la mayoría de las veces le hablo a la luna, me da la sensación de que realmente me escucha, incluso cuando sé que no es así.

No obtuvo respuesta ante sus palabras.

─ D-Debo estar loco, ¿No cree...

─ Yo hago lo mismo.

Se escuchó de repente, nuevamente se quedaron en silencio, solo que ahora ambos se miraban. Un par de segundos después dejaron que unas risitas salieran de sus bocas.

─  ¿Qué le dices?.

Preguntó la mandarina volviendo a mirar hacia la luz de la Luna.

─ Pues... Cosas, ¿Y tú?.

─ Uhm... Cosas.

Volvieron a reír y continuaron con su conversación hasta que les agarró sueño. Ahora ambos estaban en la misma cama, tapados en diferentes niveles del cuerpo, Tobio hasta los hombros y Shoyo hasta el cuello. Sus miradas examinaban el rostro de cada uno sin vergüenza, en uno que otro momento lanzaban pequeñas bromas y elogios, etc. La situacion llegó hasta tal punto que Tobio le estaba acariciando el cabello a la pequeña mandarina para que se durmiera, raro en él, pero no le molestaba, al contrario, le encantaba.

Después de esa noche su relación se hizo mucho más fuerte, iban juntos a la preparatoria al igual que regresaban juntos a sus casas, se quedaban en la casa del otro a menudo, podían estar horas hablando sin aburrirse, entre otras cosas, pero seguían siendo amigos, eso iba acambiar hoy y ahora.

Estaban calentando para poder empezar la practica, bueno, la mayoría estaba en eso, pues Tobio y Shoyo se encontraban atrás del gimnasio. ¿Qué hacían ahí? Miren.

─  ¡¿Tú q-qué?!.

Exclamó el más bajo arrastrando su espalda por la pared hasta quedar sentado en el piso, estaba nervioso, sonrojado y con mucha vergüenza gracias a las palabras que acababa de escuchar.

─ Quiero que tengamos una cita.

Repitió el pelinegro lleno de valor y esperanzas a que dijera que si.

─ P-Pe-Pero... ¿Porqué conmigo?.

─ Si no quieres, dimelo.

─ ¡No es que no quiera! Solo tengo esa duda...

Se encogió en su lugar cuando el más alto se agachó acercando su rostro al de la mandarina.

¿Eres idiota o te haces? .

Y sin esperar respuesta alguna unió sus labios con los de la pequeña mandarina, un beso inexperto, pero lindo para ambos.

─ Porque me gustas, Hinata.

Aclaró después de separarse. A Shoyo le brillaron fuertemente los ojos y tomó la valentía de robarle otro beso al armador de su equipo.

─ Me siento igual, Kageyama.

─  Entonces tengamos esa cita, tengamos todas las que quieras.

Con un sonrojo en sus mejillas volvieron a unirse con un largo y lindo beso. Estaban felices por sus confesiones y emocionados por lo que pasaría en un futuro, no importaba que, sentían que sería bueno y hermoso.

Siempre estuvieron conectados, estaban destinados a estar juntos, no creían que haya sido pura coincidencia el haberse encontrado en ese partido el año anterior, el estar en la misma preparatoria, el estar en el mismo equipo, el pasarse las noches hablando con la luna sobre el otro. No, no era coincidencia, son almas gemelas, y lo demostrarían en un futuro.

Fin.


¡Gracias por leer! Espero que les haya gustado esta pequeña historia. Es la primera que queda completa, así que espero que pueda recibir mucho amor y cariño de su parte. Nos vemos~!



Dakkii

Talking to the moon • KageHinaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant