Mi Recuerdo Favorito©+18 [MCF#3]

C2

Sonreí bien fuerte, escuchándolos hablar de cuantas cosas pensaban traerle al bebé, duré buen rato con aquella sonrisa que mis mejillas se entumieron un poco.

—Entonces, estoy convencida de que estarán por acá para cuando nazca el bebé, me parece excelente, me muero por verlos a ambos. —mi teléfono sonó, fue una alarma que programé porque debía ir al departamento de Meghan a ver unas cosas del trabajo, el sonido de la alarma interrumpió a mi padre y a Laura —Lo siento, debo irme, prometo llamarles en cuanto tenga más noticias del bebé y el trabajo, por cierto, ya van en camino unos cuantos dulces franceses que les envié y elegí para ustedes, estén al pendiente del correo. ¿Bien?

Laura se emocionó, le gustaba mucho que les pudiera enviar dulces, supuse que mi padre se comía solo unos pocos y la otra mitad se las terminaba Laura. Me despedí con la sensación de tristeza oculta detrás de mi sonrisa, me dolía tener que dejarlos aunque fuera en video llamada, no me hubiera imaginado como sería si los tuviera a mi lado, quizá la despedida sería el doble de dolorosa.

(...)

—Tienes que entender que ya estás empezando a tomar relevancia, Amber, mis amigos quedaron encantados con tu exposición —me explicó Meghan, con su rostro iluminado por la emoción y la esperanza, podía ver eso último llameando en el brillo de sus ojos. Me entregó una copa con soda de lima para brindar, ella se sirvió champagne y chocamos el cristal que hizo un leve tintineo —¡Están esperando ya la próxima exposición! Uno de ellos quiere conseguir el permiso de mostrar tus fotografías, dejarte un espacio en una casa de arte importantísima, uno de ellos me preguntó por acerca de una subasta.

—¡¿Subasta?! —exclamé con los ojos dilatados, tenía una expresión ahogada, no podía ni hablar, me llevé la mano a la boca, miles de escenarios invadieron mi cabeza, empecé a sonreír porque todos esos escenarios me pintaron un futuro increíble y maravilloso. —¡Debes de estar bromeando! Soy capaz de hacer lo que sea para empezar a vender mi trabajo.

—Querida, no será necesario hacer nada —me guiñó un ojo con picardía —Tu trabajo se está moviendo por si solo, en cualquier momento caerán esas ofertas y muchos querrán exhibirte, te veré a ti y a tu gran cámara en muchos lados.

—Mi sueño siempre fue viajar por el mundo y tomar fotografías de todo, lo sabes, incluso de eventos importantes.

—¿Y que tal de campañas?

—¿Campañas? ¿Qué clase de campañas exactamente?

Ella se inclinó un poco, dejando la copa en la mesita de centro, recorrió mi rostro con sus ojos todavía extasiados.

—Estás en Paris, el lugar del amor, de la moda, del arte, ya sabes, grandes empresas como Chanel, Givenchy, Gucci, Dior, todas esas grandes empresas tienen campañas cada cuatro meses, buscan talento y fotógrafos increíbles, tú podrías acabar en ese ambiente y viajar por el mundo.

Evalué su idea en silencio, no me parecía mala, solo algo interesante, nunca me había sentido atraída por ese mundo en específico de la fotografía, nunca tuve modelos, lo único que yo necesitaba era inspiración y un gran espacio o paisaje con el que yo me sintiera conectada, podría tratar, tal vez.

—Podría considerarlo —admití, sopesando la idea todavía, estaba insegura pero no al grado de sentir temor, no sabía cómo me desenvolvería en esa área.

—Sí quieres intentarlo, podría conseguirte modelo ahora mismo —se ofreció con tono divertido, arqueando las cejas, incitándome a aceptar.

Hice una pequeña mueca, mostrándome suspicaz.

—¿A quién te refieres?

Fue entonces cuando entraron al departamento y las dos dimos un pequeño saltito del susto, era Dave quien no se percató de mi presencia y le gritó a su madre con un tono muy alto.