Capítulo 25

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(Advertencia: Mención de violencia física y sexual. Leer con precaución).

HEBE

Respiré hondo, sabiendo lo que esta reunión significaba.

Podía cambiar el curso del juicio. Podía, por primera vez, ser inclinado hacia mi lado.

Sentada en la sala de reuniones del bufé de abogados, sentía mis manos temblar sobre mi regazo mientras miraba a mi abogado ver las pruebas que había traído.

No había perdido tiempo luego de encontrar lo que había dejado Colomba.

Conduje en la noche directo hacia el pueblo, diciéndole a Esteban que contactara a Daniel para tener una reunión lo más pronto posible antes del siguiente juicio.

Lo más pronto significó de inmediato al día siguiente.

Así que ahí estaba, con unas pocas horas de sueño, pero más despierta de lo que me había sentido en un largo tiempo.

La expectación no me dejaba tranquila.

La mano de Esteban se posó sobre la mía en mi regazo y le di una mirada de soslayo.

—Todo estará bien —me susurró por lo bajo, solo yo llegando a escuchar, y le asentí.

Agradecía su presencia a mi lado.

No sabía si hubiese sido capaz de enfrentar aquella reunión sin perder los nervios si no fuese por él.

Luego de saber que tenía las pruebas y viajaba de inmediato, Esteban se había encargado de esperarnos en casa con comida. Mientras yo acostaba a Cristal, él se ordenó y dejó todo listo para la reunión.

Yo solo tuve que cambiarme a mi pijama y caer rendida en mi cama, con sus brazos abrazándome.

El largo viaje y todos los acontecimientos del día fueron los encargados de que, al cerrar mis ojos, hubiese caído de inmediato dormida.

Y debido a eso, ni siquiera había dejado una alarma prendida. Aunque no fue necesario, porque Esteban se encargó de aquello.

Todo el manojo de nervios en la cual me había transformado, él era la calma que necesitaba.

—Esto es más que suficiente para ganar el juicio, señorita Hebe —dijo Daniel—. Son pruebas fidedignas. La señorita Colomba dejó todo listo para que las pruebas no puedan ser rechazadas.

Lo sabía.

Había visto su firma y huella en su carta, admitiendo todo lo que René le había hecho durante su tiempo de novios. Y todo lo que hizo después cuando se enteró que Colomba estaba embarazada.

Conocer todas esas pruebas habían revuelto mi estómago, pero también había fortalecido mi propósito de destruir a René.

Mi amiga había sufrido violencia física y verbal.

El embarazo fue producto de un asalto sexual de parte de René, cuando Colomba decidió cortar con él. En un ataque, René la violó, diciendo que nadie lo dejaba, y luego él la dejó a ella.

Eso era parte de lo que estaba en la carta escrita a mano por mi amiga.

Y luego estaban los audios en el celular.

Todos comenzaban con «Soy Colomba y declaro que todo lo que escucharán a continuación es la verdad y nada más que la verdad». Seguido de gritos de parte de René junto con sonido de golpes y llantos de mi amiga.

No había sido capaz de escuchar la totalidad de los audios —eran veintidós—, pero no fue necesario.

El primer ya contenía lo que se expresaba también en la carta.

Sentirse Predestinados (#3 Sentirse Viva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora