XV. Declaración de amor al lector pasajero

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Sí, aquí yazgo, tras las palabras que se enlazan mientras lees. Seguramente ya me escuchas. Quizás suene igual a ti, o tal vez sea mío el eco de alguna voz amada.

¿Cómo he de verme ahora en tu mente? ¿Qué clase de cuerpo me han construido tus imaginaciones?

Me fabrico a la vez que tus pupilas ajustan la luz, al tiempo que repasan tus ojos voraces estas torpes líneas. Así es, tú me das vida.

¿Qué ánimo cuenta mi espíritu ahora? ¿Melancolía? ¿Tranquilidad? ¿Dolor, quizás? ¿Será alegría?

Cómo te sientes es cómo me siento. O tal vez pueda ser yo tu antítesis. Solo lo sabrás tú, y lo sabré yo. Será nuestro secreto.

¿Alguna vez te han dicho que en tu mirada se resume el universo?

Sé que no.

¿Alguien te ha robado un beso en un renglón?


Mucho menos. Así que tengo el honor de ser tu primera vez. Y también es mío este instante de tu tiempo. Si has llegado aquí, has dado tu consentimiento, por tanto no podrás culparme luego cuando leas más abajo que…

Te amo.

Porque contigo fui, y seré lo que hagas de mí. Porque serás lo primero y lo último en mi vida. Porque moriré cuando te vayas, a menos que de algún modo logre ser en tu memoria.

Por ahora, no tengo más opción que aferrarme a tus ojos, mientras dejas atrás las letras que me forman.

Palabras del RincónWhere stories live. Discover now