🌹•E P I L O G O

Start from the beginning
                                    

-Cuídala, guíala, respétala y quiérela. Te entrego a Roses. –Anunció el señor D'Angelo a Maximiliano cuando llegaron al altar.

-Está seguro que lo haré. –Respondió Maximiliano.

Él lucía un traje azul de corte regular fit de Hugo Boss,le sentaba a la perfección y armonizaba justamente con el vestido de Roses, eran la combinación adecuada.

-¡Buen día, damas y caballeros! En el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo. La gracia de nuestro señor Jesucristo, el amor del padre y el amor de Dios, esté con todos ustedes y con su espíritu. -Pronunció por primera vez el sacerdote. -Pidamos perdón y reconozcamos nuestros pecados. -Agregó, un silencio inesperado se instaló un minuto aproximadamente.

-Estamos aquí reunidos para unir en santo matrimonio a Roses Unzú Goncalvez y Maximiliano Alessandro D'Angelo- Expuso a todos los presentes, el sacerdorte Jesús. Todos se sentaron, escucharon al padre hablar.

Subieron a leer las lecturas bíblicas, Joey, la señora Olivia y Hailey, todas sonriendo en su máxima expresión. Luego el sacerdote leyó: "El amor es uno de los sentimientos más hermosos, reconocido universalmente como el mayor dador de fuerza, vitalidad, esperanza. Es un sacramento del amor de Cristo y de la iglesia, encuentra en la Cruz su prueba y su garantía. Siempre manténganse unidos, en la salud, en la enfermedad, en las pruebas, en las victorias, en las sonrisas y en los sollozos, en la empresa y en el hogar. Roses y Maximiliano, todos los conocen, los honran hoy, espero mañana también. ¡Anhelamos sus vidas sean un camino fecundo, que su amor crezca cada día más! Deseamos que sean felices y confíen que Dios les dará fortaleza"

Una vez el sacerdote termina la lectura, les mira esperando y pregunta. -¿Están aquí para casarse por libre consentimiento?-

-Sí, estamos aquí por libre voluntad. -Responden Maximiliano y Roses al mismo tiempo y tono.

-¿Están dispuestos a recibir a Dios y educar a sus hijos según la ley de Cristo y la iglesia?-Interroga el sacerdote.

-Sí, estamos dispuestos, padre. –Pronuncia la pareja de novios, asienten y sonríen.

-Pronuncien sus votos de amor. -Anuncia.

Roses inhala profundamente, escribió pensando desde el corazón las palabras para decir ese día, su madre le entrega un papel, lo abre y lo lee, de vez en cuando mira a los ojos de su hombre.

-Desde el instante que nuestras miradas se cruzaron, inevitablemente se entrelazaron dos vidas. Nuestras almas estaban perdidas más tiempo del esperado, por eso, cuando nos conocimos, nos entendimos. -Suelta con sentimiento, Roses.

-Sí, quiero... estar este día tan hermoso, rodeada de las personas más importantes de nuestras vidas. -Añade, recordando escribir esas palabras sonriendo y soltando un par de lágrimas.

-Sí, quiero... verte todos los días de mi vida, deleitarme con los pequeños momentos, verte dormir, compartir la cama y más... -Agrega. Él no cabe en satisfacción.

-Sí, quiero... estar contigo en la salud, en tus días felices, verte en tus logros, en cada superación personal, porque tu vida es un trocito de mi mundo. -Acota. Todos los presentes están conmovidos.

-Sí, quiero... seguir enamorándome, mirándonos a los ojos de nuestra manera sencilla, amorosa, cargada de deseo, sensualidad e ilusiones, con nuestras palabras, pero sobretodo con cada hecho, con cada logro e historia tuya, mía, nuestra. -Expone ante todos.

-Sí, quiero... romper los esquemas en cuanto al amor contigo. -Susurra.

-Sí, quiero.... compartir mi mundo, mi vida, mis locuras.-

-Sí, quiero... construir nuestro hogar, el nidito de amor, ese lugar que soñamos y es un hecho en nuestras mentes y un plano. -

-Sí, quiero... estar en tus momentos de debilidad, tristeza, caída, enfermedad, porque elijo ser tu amiga. -

-Sí, quiero... que tu familia y la mía sigan compartiendo viajes juntos. -

-Sí, quiero... seguir sosteniendo tu mano entre las mías, frío contra tibio. -

-Sí, quiero... continué nuestra conexión. Dar todos los días de mí, lo mejor para que prevalezca y se fortalezca nuestra relación. -

-Sí, quiero... ser tu compañera de viaje por lo que nos reste de vida. Recorrer caminos, visitar lugares, conocer culturas, tomar muchos aviones a destinos exquisitos y coleccionar cientos de miles de millones de recuerdos para nuestro álbum, nuestra historia.-

-Sí, quiero... ser tu musa, tu fuente de inspiración para que te sientas lleno de alegría, sabiduría y bendiciones. –

-Sí, quiero... pero sobretodo elijo ser la madre de nuestros hijos, educarlos, amarlos e inculcarles un mundo mejor. Bueno, la prueba de eso es nuestro milagro. –Todos se detienen a mirar a Alya Alessandra D'Angelo Unzu, que significa aquella que es sublime, superior, defensora de los hombres y está despierta en los brazos de su abuela Olivia.

-Sí, quiero... decirte cuando seamos viejitos: Mi amor, viste que eras tú, el amor de mi vida. –

-Sí, quiero más contigo, por eso... si no quedó claro, lo repito firme y claro: ¡Sí, quiero, casarme contigo!- Expresó Roses. Luego Maximiliano expresó sus votos de amor, simples, pero verdaderos.

El sacerdote bendice los anillos, los cuales, antes de casarse, fue practicado lo que se debería decir, menos los votos de amor. Para Roses es extraño decirle: -Maximiliano, recibe estas arras como prenda de bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir. -

Él pronuncia lo mismo para ella. Dicen la oración de los esposos, que consiste en bendecirlos, a su familia y su futuro, luego viene la ceremonia de la luz, los bendice el sacerdote con un padre nuestro, les dan la comunión, viene un rito de conclusión, firman el acta matrimonial y viene el sello de su amor original.

-Finalmente... ¡Que lo que hoy Dios lo unió, que no lo separe nunca nadie!-Dice el sacerdote. -¡Puede besar a la novia! ¡Al fin!-Exclama con alegría el sacerdote.

Sin más, Maximiliano le da un beso apasionado a su esposa, a la nueva señorita D'Angelo, su vida, su mundo, cómplice, compañera de viaje, la mamá de Alya, su pequeña y dulce flor.

La boda termina, pero su historia nunca finalizará porque el amor verdadero es eterno, nunca muere. Antes de recibir abrazos y felicidad de sus amigos, conocidos y familia, él susurra en el oído de ella unas palabras para la eternidad.

-Tú, eres mi flor, mi mundo, mi vida. –

-Sí, soy tu dulce flor. -. –Añadió. Sellaron su amor con un beso.

F I N

Roses y Maximiliano, son personajes de ayer, hoy y mañana, porque todos los días se escriben historias de amor, unas dulces, otras mágicas. Todos los días, dos almas se encuentran, inician una historia para escribirla sin final.

¡Gracias por acompañarme en esta historia! Un nuevo sueño para mí, uno de muchos instalados en mi vida, mi mundo, mis letras.

¡Feliz día! Bendiciones, bellas flores.


MI FLORWhere stories live. Discover now