Después de ordenar el garaje un poco que estaba todo manga por hombro, tomo algo de ropa limpia y me voy hacia las duchas con la misión de limpiar toda la roña que traigo conmigo mientras disfruto de una "refrescante" ducha, y digo refrescante en más de un sentido, dado que son duchas mixtas...

Habiendo terminado de ducharme y secarme me pongo la ropa que traía en mis manos siendo unos pantalones de cuero negros algo desgastados, una camisa limpia de tela gris, mi chaqueta remendada, mis botas y ato el pañuelo azul que me identifica como miembro de la facción de Clutch, la facción del bastión oxidado, alrededor de mi cuello.

Voy caminando por los pasillos en dirección a mi garaje y una vez allí preparo todo lo necesario para salir, compruebo mis armas, la munición y mi fiel mochila y estando todo en orden abro la puerta del coche produciendo su característico y leve chirrido, dejo mi mochila en el asiento gastado del copiloto, enfundo las armas en sus respectivas posiciones alrededor del asiento del piloto conservando la munición en mis ropajes.

Me siento en la zona del conductor y con un leve rastro de emoción contenida cierro la puerta y arranco otra vez el coche haciendo que cobre vida provocándome un escalofrío en la columna.

Meto primera y voy avanzando lentamente por el gran pasaje mientras admiro los cambios que ha sufrido mi ahora hogar desde que trajimos el metal; las columnas y están ahora adornadas con garabatos y dibujos hechos a tiza por los niños, la gran cantidad de pasarelas ahora parecían casi nuevas y relucientes, y el símbolo de nuestra facción, la hélice de un navío de tres aspas blancas sobre un fondo azul, se puede ver en los estandartes que cuelgan de las paredes dándole algo más de color al navío.

Mientras seguía avanzando acercándome a la salida pude escuchar los murmullos de un grupo de guerreros y vigías que no podían ocultar su emoción al hablar de algo que sin duda llamó mi atención:

-¿Habéis oído las buenas nuevas de ciudad gasolina?-

-¡Si!, el gran premio que darán al ganador durante el torneo de la amnistía...-

-¡Un gran "jefazo" como nunca se ha visto hasta ahora, dicen que supera los 1000 caballos!-

-Con un premio así no habrá quien te alcanzase aunque condujese día y noche.-

Esos y más murmullos salieron de sus bocas como balas perdidas que estaban sembrando la semilla de la curiosidad en las mentes de más de un incauto que les escuchase, incluyéndome.

("...dicen que supera los 1000 caballos.")

Tal vez podría participar y conseguirlo, podría ser justo lo que necesito para el proyecto futuro que tengo en mente construirme... Solo necesito un lienzo adecuado para poder empezar.

Detengo mi coche justo al lado del grupito cochicheante y les pregunto cuándo se iba a celebrar dicho torneo, a lo que me contestan que tendrá lugar dentro de 30 lunas.

Habiendo satisfecho mi curiosidad di gracias y prosigo hasta la entrada del bastión, una vez allí vuelvo a detenerme y les comunico a los guardias el motivo de mi salida, el cuál hoy es reconocimiento y recolección, ellos asienten en comprensión y ordenan el levantamiento del muro protector permitiéndome salir de la fortaleza.

Una vez fuera con las llanuras de tierra y arena hasta donde alcanza la vista piso a tope el acelerador sintiendo la gran aceleración que le proporciona el motor al hot rod disfrutando de la sensación de velocidad recorriendo el basto paisaje desértico ante mis ojos con el V8 dichoso rugiendo de júbilo sintiendo el ardiente Sol descansar sobre el cielo azul irradiando su calor sobre todos y todo mientras una gran polvareda se arremolina detrás de mi veloz máquina.

Tales Of The WastelandWhere stories live. Discover now