-4-

26 3 0
                                    

Después de haber dado la orden, todas y cada una de las armas que apuntaban hacia mi persona volvieron a enfundarse, aunque algunas tardaron más que otras debido a la inseguridad de sus dueños al ver de lo que era capaz de hacer.

Algunos de los habitantes de la fortaleza y la gran mayoría de guerreros me miraban y observaban cautelosos y desconfiados, pero eso cambió cuando bajé de un salto de la pasarela cayendo cerca del vehículo en el que vine y con delicadeza extraje el cuerpo de Flesh de su interior probando a todos que cumplí con mi palabra.

Varias personas se aproximaron y tomaron su cuerpo entre sus brazos listos para darle un entierro digno dedicándome una mirada que mostraba agradecimiento.

Yo contesté con un gruñido aprobatorio y un leve asentimiento justo antes de verlos marchar por una de las muchas compuertas de la fortaleza.

Volví a dirigirme a Clutch y le pregunté donde podía apartar el coche del difunto a lo que él me dijo:

-Conduce por el pasaje frente a tí, tercer garaje a la derecha. Era de Flesh-

Asentí en comprensión para instantes después subirme en el hot rod y avanzar por el amplio pasaje hacia uno de los muchos y amplios garajes que habían tanto a mano izquierda como a mano derecha que, para mí sorpresa, eran bastante amplios en los que podías ver tanto a hombres como a mujeres trabajando en sus máquinas con esfuerzo y dedicación.

Al estar a la altura del garaje de Flesh pude contemplar la amplitud del mismo, al igual que las de los demás, delimitado por gruesas y oxidadas paredes de acero viejo, al fondo una mesa de trabajo casera, más o menos en el centro habían dos plataformas en el suelo separadas 5 o 6 metros una de otra con una sección justo en el centro que iba de un extremo a otro excavada con la anchura y profundidad suficientes para poder meterse dentro y poder trabajar en los bajos de tu máquina sin que estar tumbado o en una posición incómoda que te quitase margen de maniobra.

En la mesa del fondo habían desperdigadas unas pocas herramientas, otras muchas colgadas en la pared a la altura de los ojos y en el centro de la mesa descansaba el bloque de un motor V8 a medio terminar.

En la pared a la izquierda de la mesa había, trazado con tiza blanca, lo que serían anotaciones e ilustraciones de elementos y piezas que hacen referencia al motor de la mesa sobre el que Flesh estuvo trabajando.

En la esquina derecha del garaje una pequeña montaña con chatarra de todo tipo se yergue mugrosa y oxidada, intuyo que de ahí sacaba las piezas y recambios para sus proyectos.

Justo en la otra esquina había un puñado de mantas una sobre otra formando lo que sería su cama y en las paredes laterales habían varias llantas en buen estado, algunas latas de aceite, trapos a medio ensuciar y dos soportes con contrapeso perfectos para enganchar y alzar un cuerpo pesado, como por ejemplo el bloque motor sobre la mesa.

Después de varios minutos analizando cada rincón del garaje me adentré un poco en éste, di un giro de 180 grados con el coche para seguidamente dar marcha atrás y aparcarlo encima de una de las dos plataformas.

Tomé mi mochila, bajé del coche y a paso lento pero seguro volví a la zona central de la fortaleza donde hablé con Clutch.

Mientras caminaba iba pasando por enfrente de varios garajes donde varios soldados trabajaban y varios de ellos dejaban de hacer lo que estaban haciendo y me dedicaban un pequeño saludo o me observaban con curiosidad, pero en ningún momento sentí ni un ápice de hostilidad por parte de nadie, haciendo que me sintiese incómodo.

Miré hacia arriba unos instantes y me encontré con las miradas curiosas de varios infantes que no dejaban de mirarme desde las pasarelas, me disponía a seguir cuando noté que uno de ellos sin querer tiró un objeto cuando quiso sujetarse de la baranda para ver mejor.

Tales Of The WastelandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora