Frente al alba de la batalla.

599 30 1
                                    


Princesa Rhosyn.

Me desperté temprano en la mañana, más temprano de lo que solía levantarme diariamente. No supe qué hacer porque todas las personas y narnianos a mi alrededor se encontraban durmiendo plácidamente hasta que el alba comenzara. Las antorchas dejaban crepitar el fuego que poseían, haciendo del mismo un sonido relajante y agregándole a la escena un matiz dulce y cálido.

Supe que no podía quedarme simplemente acostada sobre el suelo arenoso mientras esperaba que los demás despertaran para comenzar el día, así que me levanté y, luego de sacudir mi vestido de la poca arena que tenía encima, decidí salir del templo para poder tomar aire fresco.

Al estar afuera, vi cómo el cielo se teñía de un color celeste amargo que esperaba los primeros rayos de sol de la mañana mientras que una brisa algo fría golpeaba mi cuerpo, haciendo que tanto mi cabello como mi vestido se movieran hacia atrás lentamente.

Llené mis pulmones con aire puro y decidí sentarme sobre una de las piedras que se encontraban en el cuadrado rodeado por cuatro columnas en cada punta del mismo. Miré las copas de los árboles moverse con suavidad, los sonidos de la naturaleza llegaron a mis oídos casi como un susurro que me daba escalofríos, dejé que el momento me atrapara por completo, siendo por primera vez en mucho tiempo que finalmente estaba tranquila.

Tenía muchas cosas que me preocupaban, pero eso parecía pasar a segundo plano ahora. Mi mente estaba fría, lo que significaba que era momento de pensar en todas las cosas que no tuve tiempo de analizar antes.

Primero me focalicé en la guerra que esperaba que sucediera dentro de un tiempo, no sabía exactamente en cuánto, pero sabía que sin dudas sería algo difícil de afrontar para nosotros. Sabía que muchas vidas se perderían, sin embargo creía en la causa, en la valentía que nos hacía querer entregarlo todo por una tierra tan maravillosa como Narnia, que siempre acogió a criaturas e hijos de Adán por igual. Una tierra que era lo más mágico que había conocido en mi vida.

Al llegar aquí, pensé que nadie podía ayudarme pues estuve dos días vagando por el bosque y no me encontré con ningún narniano, hasta que lo encontré a él. A Caspian. Tenía muchos sentimientos encontrados con respecto a la relación que llevábamos y lo que había pasado entre nosotros los últimos días.

Es decir, primero tenemos un momento extraño en el castillo de Miraz, luego me abraza al saber que ambos necesitábamos el apoyo del otro y luego no quiere estar conmigo. Luego lo único que dice es que lo que en realidad quiero es estar con Peter, y pensaba que no tenía el derecho a decirme qué es lo que él cree que quiero, porque no lo sabe. Yo quise ir detrás de él, no detrás de Peter. Pero quizás ese haya sido un error.

Si Caspian quería que lo dejase solo, entonces era mejor respetar su decisión y ver si algo cambia luego. Pero lo extrañaba. Sabía que aún me sentía algo triste e indignada por lo que me dijo, por el trato que tuvo hacia mí, pero extrañaba las charlas que teníamos y esa forma tan extraña que él tenía de hacerme sentir cuando hablábamos.

Entonces, eso me llevaba a pensar en Peter. Ayer en la mañana me había dicho que le gustaba, ¿pero qué significaba eso realmente? Aquí, en mi época, esas palabras no existían. Y en su época sí. Era bastante complicado porque, pese a que sí tenía sentimientos por Peter, no sabía exactamente a lo que él se refería cuando hablaba de los suyos.

Además... ¿Qué pasaría cuando todo terminara y tuviera que volver a mis Islas? ¿Peter se quedaría en Narnia y volvería a su puesto como Sumo Monarca de Narnia o acaso volvería al mundo de donde vino? Me daba miedo que esto fuera algo pasajero, algo de lo que luego tuviera que despedirme.

❝𝙏𝙝𝙚 𝙉𝙤𝙧𝙩𝙝 𝙄𝙨𝙡𝙖𝙣𝙙𝙨' 𝙌𝙪𝙚𝙚𝙣❞ [𝙋𝙚𝙩𝙚𝙧 𝙋𝙚𝙫𝙚𝙣𝙨𝙞𝙚]Where stories live. Discover now