Capítulo 14

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Holaaaaa soy yo una vez mas, me disculpo porque tardé más de lo planeado, pero estoy en temporada alta en mi trabajo 😁 igual me las arreglo, como toda adulta responsable, para escribir en mi trabajo e ignorar mis obligaciones jajaja, espero que les guste, decidi retrasar un poco más lo inevitable y mientras llega, quiero hacerles una pregunta muy seria

¿Con lemon o sin lemon?

Insertar respuestas aquí:

...

—¿Cómo puedes ser tan idiota? Soy una chica, pedazo de imbécil.

Su mente estaba en blanco, se puso de pie y se levantó la camisa, mostrándole sus vendas al chico que por un momento permaneció serio, como si no terminara de entender lo que estaba viendo. De pronto la razón volvió a Hanji y rápida como una gacela saltó sobre la otra cama para llegar a la puerta y colocar el pestillo para que el chico no pudiera salir.

—U... Un... Chi... Tú...

Levi se había quedado sin palabras, su cara debía ser un poema, pálido y con la boca abierta, no conseguía articular palabra, se sentía como un idiota.

—Escucha enano, no sé por qué te lo dije, pero ahora debes jurar que guardarás el secreto.

La chica se acercó al tartamudo y puso su mano sobre la boca del chico para evitar que dijera algo.

—Lo sé... Es raro, prometo que responderé todas tus dudas, pero ahora debes prometer que no dirás una palabra.

—¡Aguarda, aguarda!

El chico se quitó a su amigo... Amiga, de encima y se alejó un poco para poder respirar y pensar con claridad. Al menos ya podía formular palabras en su boca y mente.

—¿Desde cuando eres una chica?

—Enano no creo que seas tan listo como pareces... Lo soy desde que nací, tonto.

—¡¡Qué!! Dices que todas esas borracheras y las veces que hablamos idioteces y estuvimos desnudos, lo hicimos frente a una chica... Ya veo por qué jamás te quitabas la camisa, pero ¿Cómo es posible? Jamás te equivocaste, nosotros nunca sospechamos nada de ti y yo...

Hanji se sentó en la cama, estaba angustiada y también un poco triste, jamás había querido mentir ni fingir, pero ahí estaba tratando de convencer a su amigo de que no echara su vida al caño.

—Yo jamás dije que era un hombre, ustedes lo supusieron cuando vinieron a mí en el primer semestre, lo mismo pasó con esos engreídos hijos de perra que no me habrían permitido ser parte del club de ciencias por ser una chica...

—¿Y me has mentido todo este tiempo?

Ahora el de cabello negro parecía molesto, se había sentido tan confundido, siempre supo que Hanji era raro, pero estaba bien, se sentía bien estando con él... Con ella, su mente daba vueltas en las cosas vergonzosas que había dicho y hecho frente a ella, se sentía traicionado aunque como lo dijo, ella jamás les dijo que era hombre ellos simplemente la invitaron a esa fiesta.

—Creo que tengo mucho en qué pensar...

El chico Ackerman abrió la puerta, salió al húmedo pasillo y se dirigió a ninguna parte, caminando lentamente hasta donde pudiera, parecía que el cielo se vendría abajo, pero prefería estar afuera a volver adentro con esa... Mujer...

Caminó un poco más y observó los pasillos vacíos, ¿Qué estaba haciendo? No le habían confesado un asesinato, simplemente debía ser un mal entendido.

—Un momento... Esto es lo más estúpido que he hecho.

Pensó con una sonrisa en sus labios, se estaba comportando como un niño caprichoso, ella seguía siendo su mejor amigo... Amiga, su sexo no cambiaba todos esos momentos que habían compartido, ella merecía más que desprecio de un idiota como él.

—Supongo que es el final de esta farsa, ¿Qué creíste que pasaría al besarlo? ¿Qué estaría contigo?

Hanji suspiró y se arropó con las sábanas, la habitación cada vez estaba más y más fría, comenzó a reprocharse el haber actuado como una adolescente, ahora todo el mundo podría darse enterarse que había fingido ser un chico.

La puerta volvió a abrirse y la persona que recién había salido volvió a entrar y se sentó junto a la chica en la cama.

—Tienes razón...

Suspiró llamando la atención de la chica asustada que continuaba recostada y sumamente nerviosa.

—Jamás te preguntamos si eras un chico, digo... Jamás preguntas eso a alguien y si, lo acepto somos unos idiotas al ver a un chico muy delgado, cabello largo, voz fina y sin una pizca de barba y no sospechar nada.

El sonrió y tocó el hombro de Hanji, la situación no dejaba de ser incómoda, habían pasado muchas cosas, incluso había dormido con ella... Sin mencionar que había tocado uno de sus pechos recientemente.

—Te prometo que no le diré nada a los chicos ni a nadie más, pero quiero que me expliques ¿Cómo es posible que hayas logrado que no nos dieramos cuenta jamás? Además...

El rostro de Levi se volvió completamente rojo y después de pensarlo mucho no tuvo más remedio que decirlo.

—... Hace mucho frío, ¿Me permitirías cubrirme con tus sábanas?

Hanji sonrió y después de sentarse asintió para que su amigo no se congelara con el viento y la humedad de la habitación.

—Te diré todo lo que quieras saber...

—Primero... ¿Cómo mierda orinabas de pie?

Había mil cosas que no cuadraban en sus recuerdos... Ahora sabía qué eran esas constantes hemorragias nasales que Hanji sufría cada mes, sonrió ante lo ridículo que era no haberlo notado antes.

Hanji sonrió y emocionada comenzó a narrar todo lo vivido, fingir ser hombre había sido bastante fácil con Levi y Mike, a uno no le importaba nada y el otro era muy distraído, con Erwin en cambio, había sido más complicado, era un hombre muy perspicaz y aunque la mayoría del tiempo todo estaba bien, tenía que esforzarse más en ocultarse muy bien.

La noche pasó sin que ninguno lo notara, Hanji prometió no mentir más y Levi prometió no revelar su secreto a ninguno de sus amigos, era lo menos que podía hacer después de arrojarla al piso de esa forma, además ella siempre había sido buena con él, incluso había pagado sus gastos no podía solo traicionarla.

—...El idiota me golpeó muy fuerte en la espalda, pero yo le golpeé las bolas, estaba tan ebrio que ni siquiera se pudo levantar, así me gané la reputación de patea traseros, cuando en realidad no hice casi nada.

Hanji contaba una de sus anécdotas, mientras temblaba de frío, Levi la observó y sintió que debía abrazarla, pero ¿sería eso tan raro? ¿sería una violación a su espacio personal? Aún estaba confundido. Estuvo a punto de abrazarla cuando recibió un mensaje de texto.

—Chicos tienen que ver esto, nuestra habitación es la 208, vengan ahora.

Erwin ordenaba, así que ambos se pusieron en marcha.



¡¡MI MEJOR AMIGO ES UNA MUJER!! Where stories live. Discover now