Capitulo 5

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Me levanté un poco nerviosa de mi cama deseando que fuera Phoebe quien se encuentre detrás de esa puerta y arregláramos nuestro innecesario problema.

¿Seria muy cliché que fuera Phoebe?

Fui a abrir la puerta encontrándome con Alex aún con la ropa empapada y una toalla en el cuello.

— ¿Puedo pasar? — preguntó tímido.

— Si

Caminó hacia dentro del cuarto secándose un poco el cabello con la toalla y rápidamente dirigió sus ojos hacia mi.

— En nuestros 9 años de amistad jamás te vi actuar de esa manera ¿Que te pasó? — Se podía notar en su expresión confusión, la cual yo también sentía, no sabía que me pasaba.

— No lo sé, no la he pasado muy bien estos días — respondí lanzándome a la cama con frustración.

No sabía lo que me pasaba ¿Sería la regla?

Desbloquee mi celular para revisar mi calendario y en efecto, las hormonas me provocaban eso.

Solo me faltaba un día para desangrarme

¡Que horror!

Hundí mi cara en las sabanas como si eso fuera a ayudarme en algo.

— ¿Phoebe está molesta? — Dije liberando mi cara de las sabanas.

Alex se quedó unos segundos pensativo, parecía que pensaba mucho es su respuesta.

— No lo sé, creo que está arrepentida pero su orgullo le impide disculparse.

Un pinchazo de culpa se sintió en mi estómago.

— La que tengo que disculparme soy yo, yo exageré las cosas mientras ella solo quería divertirse.

A Phoebe a veces le gustaba ser muy pesada pero nunca me molestó, en realidad me agradaba porque yo también era así, solo que no lo era con nadie que no fuera Alex o Phoebe.

Aún recuerdo que cuando apenas la conocí teníamos 13 años y le presenté a Alex que ya era mi mejor amigo en ese entonces, ella dijo que mataría a Alex porque solo ella podía ser mi mejor amiga haciendo que Alex se aterrorizara y no quisiera ir por una semana a la escuela.

Nostalgia.

Eso me hizo sentir acordarme de eso.

— Necesito ayuda — Exclamé rendida.

Alex se lanzó hacia la cama haciendo que en el impacto se levante mi cuerpo y caiga un poco más alejada de dónde estaba.

— Creo que es momento de salir un poco de la realidad y leer un buen libro — Se acomodó a un lado mío en posición de esfinge — ¿Que te parece?

— ¿Y Phoebe?

— Dile todo eso que me dijiste, ella te va a entender, solo di lo que sientes.

— Me parece perfecto, ¿Que me recomiendas? — preguntó apoyando mi cabeza en su hombro.

— Mmmm no se, ¿que te parece algo de Misterio? — Y como mi mejor amigo era la persona más indecisa del universo, no faltó su cambio drástico de opinión...

— No! Mejor Romance

— Está bien señor caballero Voltee hacia el con una gran sonrisa en mi rostro.

Cuando teníamos 13 años Alex comenzó a decir que era un caballero ya que nuestra maestra de matemáticas le dijo en clase que debería empezar a comportarse como un caballero después de que este le respondiera de mala manera frente a todos, a Alex no se le olvidó y andaba por ahí diciendo que era un caballero, desde entonces le empecé a decir señor caballero pero con el paso del tiempo lo fuimos olvidando...

—Aún lo recuerdas — Dijo riéndose escandalosamente — pensé que lo habías olvidado, que vergüenza.

Se cubrió la cara de vergüenza, recordar nuestro vergonzoso pasado no era una cosa que el se tomara muy a la ligera, hacíamos cosas tontas como subir videos sin sentido a YouTube o decirle piropos a gente desconocida en la calle pero cuando se entramos a la secundaria varios compañeros nos molestaban con eso, por mi parte nunca me avergonzó, ni me arrepentí de lo que hice en el pasado, eran cosas a las que tenía que dejar ir porque ya habían pasado.

— Oye no te avergüences — Puse una mano en su hombro — las cosas que hicimos deberíamos recordarlas como momentos felices de nuestras vidas, no como cosas a las que deberíamos reprocharnos por hacerlas.

— Las cosas ya pasaron y no hay nada que tú y yo podamos hacer para cambiarlo — Añadí — Y no me puedes negar que no te divertiste.

— Esta bien, está bien — Se levantó de la cama alzando los brazos — solo no te pongas tan sentimental.

— ¿Es un trato señor caballero? — pregunté ofreciéndole mi mano.

— Es un trato ¿señora dama?

...

Salí de la habitación, sola esta vez. Después de hacer mi trato con Alex, el se marchó y yo me di una ducha caliente, tan relajante como una buena taza de café negro por la mañana, de solo pensar eso se me hacía agua la boca, lamentablemente ya era de noche y tenía que esperarme a la mañana para darme mi dosis de cafeína.

Empecé a pasearme por los pasillos de la mansión, sin ningún objetivo, sin ningún destino, hasta que vi algo.

Más bien alguien.

Phoebe.

No me gustaba estar en esas condiciones con ella, era mi mejor amiga, tantos años de amistad no se irían a la basura por una cosa tan insignificante como esa, actúe por impulso, fui infantil y por una vez en mi vida me avergoncé de mis actos, contradiciéndome de lo que le había dicho anteriormente a Alex.

Ella estaba tratando de mirar a través de una puerta distinta a las demás, está era más grande y vistosa.

Decidí acercarme a ella.

— ¿Que buscas? — Al decir eso Phoebe dió un salto apartándose rápidamente de la puerta, ella estaba nerviosa, se podía notar.

— Encontré esta puerta hace unos minutos — Contestó con un hilo de voz.

— ¿No haz pensado en abrirla? — Me acerqué más a la puerta y giré la perilla pensando que estaba cerrada con llave, pero no fue así.

La puerta se abrió mostrándonos su interior.

Era una oficina, la oficina del señor Derry probablemente, estaba todo acomodado y sin marcas de polvo.

Caminé lentamente al interior.

Todo estaba perfectamente acomodado, el escrito tenía una pluma antigua, con tinta seca en la punta, me acerqué para verlo desde cerca.

La admiré unos segundos hasta que caí en cuenta que a un lado de la pluma había una caja de cartón.

Antes de que yo pudiera si quiera tocarla se escuchó algo caer al suelo haciéndome voltear hacia atrás.

En el marco de la puerta estaba Adrien con los ojos como platos mirando hacia en suelo.

Y en el suelo.

La perilla de la puerta.

El misterio de la mansión DerryWhere stories live. Discover now