Incompleta

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Dolly

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Dolly

Un año después

Los primeros días después de mi regreso me sentí como una extraña en mi propia casa, pero luego todo se fue acomodando y después de unos meses parecía que nunca me había ido. Mire el reloj en mi muñeca y me sentí feliz porque mi turno se estaba terminando. Me había tomado un año sabático antes de entrar a la universidad y comencé a invertir mi tiempo en cosas para poder olvidar. Aunque todavía lo sentía. Podía sentir a Maximus Blake en todas las cosas que hacía, porque él era la única persona que guardaba de manera clara en mi memoria.

Me había marchado sin decir adiós, aunque esperaba haberle regalado un poco de consuelo con aquella carta, porque quería regresar a él, aunque muy en el fondo sabía que quizás estaba pidiendo demasiado y era egoísta de mi parte pretender que él me esperara, aunque me aferraba con fuerzas aquella posibilidad. Me quité el delantal y le regale una simpática sonrisa a Susan mi compañera, habíamos ido juntas a la primaria, aunque tomamos diferentes caminos. Ella ahora tenía una boca que alimentar.

—Ya me entere que te vas a la universidad, felicidades gracias a Dios una de nosotras hará algo con su vida—las noticias se regaban como pólvora, más en un lugar donde todo el mundo se conocía.

—Se terminaron las vacaciones—dije con falsa tristeza mientras salía del local como todas las tardes.

Había reunido el dinero suficiente para rentar un departamento, porque no quería vivir en las residencias universitarias. Sara me había contado en una de sus llamadas que aquello era una locura total y tuve la oportunidad de comprobarlo yendo a visitarla, pero no quise hacerlo. Mi prima se encontraba a solo unas horas de distancia y quise decirle en aquel momento que había aplicado a su misma universidad y que podía mudarse conmigo, pero todavía no había recibido la aceptación y no estaba segura de querer tener compañía.

Como todos los días antes de llegar a casa me detuve en cementerio. Aquello se había convertido en una rutina y el día que no podía visitarlos se sentía extraño, quizás para muchos me estaba aferrando al pasado, pero yo sabía que no era así, estaba superando y dejando atrás aquel capítulo de mi vida. Simplemente aun seguía amando a las personas que se encontraban enterradas allí, no los podía olvidar. Deje flores sobre la tumba de mi hermana y luego lleve mis pasos a la de James. Todavía era difícil asimilar el nombre que se encontraba escrito sobre aquella lápida, pero ya no lloraba, lo había superado.

—Voy a la universidad—dije a la nada—Al fin puedo avanzar Jay, cuanto daría por que estuvieras aquí conmigo—Se me hizo un nudo en la garganta, pero no iba a llorar, me había prometido no hacerlo—Me disculpo desde ahora por el tiempo que me voy ausentar, pero debes tener presente que siempre te voy amar—deje aquel ramo de rosas rojas y coloque la mano sobre su lápida, al fin me despedía de él sin sentirme vacía.

***

—Ya llegue—dije a nadie en particular, pero pude escuchar el sonido de la batidora en la cocina y no dude en llevar mis pasos en aquella dirección. Mi madre me miró con sorpresa y luego hizo un extraño gesto con sus labios señalando la mesa. El sobre con el membrete de UCLA descansaba sobre ella y sentí que los nervios invadían mi cuerpo.

—Tuve que ocupar mi tiempo en algo para no abrirlo, pero por Dios hazlo de una buena vez—me apresuro y sabía que se encontraba más nerviosa que yo.

Tome aquel sobre en mis manos y quite despacio la cinta de seguridad. Me había esforzado demasiado para conseguir aquella plaza y todo se reducía a las simples palabras que se encontraban plasmadas en aquella carta. Mi madre parecía a punto de enloquecer y no pude evitar la sonrisa burlona que adorno mi rostro, aunque claro yo estaba más nerviosa que ella. Saque despacio aquella hoja haciendo el momento más dramático y abrí los ojos ante la sorpresa de aquellas palabras.

—Nos complace anunciarle que usted ha sido aceptada en la Universidad de California...—fue lo único que pude decir antes de que mi madre corriera abrazarme. Y así iniciaba el primer día de mi nueva vida, aunque todavía me sentía incompleta.

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