Príncipes Y Reyes

capitulo 3

(3 dias para la fiesta)
Adam tuvo la mala suerte de ser el elegido para supervisar la nueva construcción de la torre trataba de ver el lado bueno del asunto, su hermano no estaba tan saturado con sus tareas y podría relajarse un poco, apenas tenían tiempo para ellos mismos

Apenas puso un pié cerca de la obra comenzó a llenar permisos para la construcción y eso era algo que le molestaba de sobre manera, prefería que otros hagan su trabajo con los papeles el era más de palabras y acciones

Pasaban las horas y comenzó a aburrirse de una manera sorprendente quiso distraerse mirando a otro lado cerca de la obra pero no encontró nada, al menos no hasta que vio a una chica pelirroja repartiendo agua a los niños pobres del lugar, No es que no se fijara antes el los niños pero en esos tiempos un niño pobre y huérfano era bastante normal

Sus ojos se encontraron con la mirada de la chica Posada en el y no pudo evitar sonreír, ya tenia sus atención en el un pasó menos que dar, se acercó a ella con un claro interés

-Hola, mucho gusto en conocerte soy Adam

- Soy kirby, mi príncipe -hizo una leve reverencia algo tensa- Es un placer conocerlo en persona

(...)
Como príncipe Steven tenia el deber de aprobar los entrenamientos de los soldados juntos a sus armaduras y trajes algo que claramente odiaba ya que en verdad era el trabajo de su padre pero el estaba ocupado con algo o mejor dicho alguien, Cristal

Lamentablemente el general tambien estaba ocupado con otros asuntos hacique tenia que hablarle a el primer oficial al mando, quien era su ex-prometido theodore

Luego de los entrenamientos uso el poco tiempo que le sobraba para hablar con el primer oficial y terminar unos acuerdos con el, no esperaba para nada que theodore o ted como muchos le dicen comenzará a tratar de querer coquetearle y tocar su mano incluso su pecho, ted sabia a la perfección que lo habían entrenado para hablar y ser escuchado a la perfección sin importar que tanto quieran interrumpirlo claro que no hiba a dejar de hablar por el simple echo de que lo estaba tocando

Cuando terminó de hablar ordenó a ted que se alejara de el y se mantuviera en su lugar si no quería perder su puesto en el ejército que tanto le había costado

Fue en busca de Sam quien estaba esperándolo en el lugar de siempre solo había una pequeña cosa distinta ese día, Sam estaba muy enojado y se veía desde lejos

-¿Todo esta bien? - le pregunto con una pequeña sonrisa en su cara, le alegraba mucho ver a Sam era su parte favorita del día

-¿Porque estabas hablando con el oficial? - le respondió con otra pregunta,Steven estaba por contarle todo y aclarar las cosas cuando resivio unas palabras que no esperaba para nada- ¿Acaso te estas acostando con el tambien? ¿Eres una zorra? Claro que lo eres, No resives la bienvenida en un castillo haci sin acostarte con alguien Dime ¿El tambien te hace gritar como yo lo hago? ¿Acaso te ata a la cama? Seguro quieres eso, quieres que te ata a la cama y que te de todo el día adelante de todos para que vean lo puta que eres, quieres que te jodan varias a la ves maldita zorra - soltaba insultos al azar de lo enojado su estaba, su enojo no lo dejaba pensar bien y sólo queria golpear algo, Steven solo se mantenía callado escuchando como lo insulta aveces solo se limitaba a bajar la cabeza - Sólo eres una zorra que no vale la pena, fuiste un inútil que me hizo perder mi tiempo - Tomo el cuello del príncipe y lo estampó contra una pared talvez con algo más de fuerza de la usual, rápidamente comenzó a besar su cuello de una manera nada agradable - Te follare aquí y ahora para que sepan lo zorra que eres, no vales nada eres solo un agujero para llenar entre muchos -Mordio con fuerza el cuello de Steven dejando una gran marca morada y con algo de sangre, hiba a continuar pero la lágrima que solto Steven por el dolor cayó en su cara y lo detuvo, eso hizo que su enojo se vaya un poco y pudiera pensar un poco mejor las cosas, lo solto lentamente y le dijo que se vaya

El estuvo mal, lo que hizo estuvo mal... Todo estaba mal ahora por su culpa

En el segundo que se quedó solo comenzó a romper todas las cosas que podía de a su alrededor mientras soltaba gruñidos de enojo

La había arruinado y lo sabía