Capítulo 20| Con ella

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Reí e incliné mi cabeza a un lado como diciendo "Tu lo dijiste"

— ¿Qué te atormenta, Dulce?

Su pregunta me dejo pensativa ¿Qué perdería si le preguntaba?

—Atormentar, no es la palabra.

— ¿Cuál es sino?

—Curiosidad.

—Bien, entonces deja de sentir curiosidad y pregúntamelo directamente —se cruzó de brazos —Ve al punto, dulzura, no te comeré.

Ah, cállate, tus palabras solo me ponen aún más nerviosa, pensé.

—Mira... —tomé suficiente aire para comenzar a hablar — Sé que ese beso fue un error, digo, estaba probablemente confundida y un poco emocional por lo que sucedió en el bar, además tú, bueno tu eres un idiota, dejando eso de lado, creo que me morderé la lengua por no ir al punto, el cual es...—suspire de nuevo — Olvidémoslo.

— ¿Olvidarlo?

—Sí, digamos que no pasó nada entre nosotros dos, ese beso jamás existió, además yo no quiero perjudicar nada en tu relación con esa chica, yo estoy feliz de que tú seas feliz y todos felices digo, yo soy feliz de tu felicidad, ah, mierda ¿Cómo era?

Mordí mis uñas llena de nerviosismo, tratando de encontrar las palabras correctas para corregir las tonterías que había dicho pero de un momento a otro, las manos de Damon se colocaron en mis hombros ¿Cómo rayos había llegado tan rápido frente a mí?

—Dulce... —llamó con suavidad — ¿De que estas hablando? ¿Qué chica?

Lo mire con el ceño fruncido, enserio ¿sería tan cobarde de negarla? O ¿Yo era muy tonta como para creer que se trataba de una chica?

—La chica... —dije obviedad.

—Que no sé de qué chica hablas —me miró confundido.

Lo mire de igual forma.

—La chica...—insistí —Brooklyn dijo que probablemente te habías ido con alguien especial y supuse que era una chica...

— ¿Eso dijo?

Damon se hizo para atrás, volviendo al asiento, pensativo.

—En realidad no dijo que fuera tu novia, yo supuse eso ¿Acaso no es verdad que te fuiste con una chica?

Después de menear la cabeza por unos segundos, Damon volvió su mirada a mí y la calidez volvió también. Aquella mirada me transmitió paz y calidez, la única que era capaz de calmar la tormenta que vivía por dentro, empezaba a sentirme protegida.

—No hay ninguna chica, dulce.

Su sonrisa fue tan real que me la creí.

— ¿No fuiste a por una chica especial?

—No... —Soltó una risilla — Eres la única chica loca a la que aguanto.

Hice un puchero y le saque el dedo del medio.

—Entonces ¿Lo siento?

— ¿Qué sientes?

—Haberte gritado.

—No me refiero a eso —lo oí susurrar probablemente decepcionado.

—También quería disculparme por lo que sucedió aquella noche...—susurré sin mirarlo —Lo del beso.

—Yo no estaba ebrio, sabía lo que hacía, Dulce —sus ojos me vieron ilusionados por un segundo — Si yo hubiese querido parar ese beso, lo hubiera hecho.

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Where stories live. Discover now