Cuando estos vieron a la chica que acompañaba al azabache, dejaron inmediatamente lo que estaban haciendo para dedicarle una mirada de curiosidad al chico, pretendiendo una explicación sobre quien era ella.

— Chicos, ella es Ikagura Anna, mi prima. — la presentó, mientras esta solamente se limitaba a sonreír. — ha empezado recientemente en la escuela Katasuno y quería que la conocierais.

— Es un gusto conocerlos, Tobio-kun me ha hablado mucho de ustedes. — dijo la chica, haciendo una pequeña reverencia. La mirada celeste de Anna se posó sobre un chico de cabellera verde que ya conocía. — ¡Yama-kun, no sabía que tú también entrenabas con mi primo!

— Si, bueno, creo que se me olvidó decírtelo, gomen — se disculpó rascándose la nuca ligeramente sonrojado.

— ¿Por qué Yamaguchi ya conocía a la chica linda y nosotros no? — se quejó uno de los jugadores, el cual tenía el cabello castaño, a excepción de un mechón rebelde teñido de rubio.

— Yama-kun está en clase conmigo, por eso lo conozco de antes. — aclaró la fémina, aún con su dulce sonrisa.

— Es linda y amable. — murmuró otro chico con el cabello rapado, pareciendo hipnotizado por la belleza de la chica. — ¡Pero nadie es más linda que Shimizu-sempai! — aseguraba.

Después de una serie de presentaciones formales, Anna fue capaz de memorizar los nombres de todos y cada uno de los miembros del equipo. Pocos minutos antes de que el entrenamiento real diese comienzo — pues anteriormente solo estaban practicando hasta la hora de entrenar — la albina se acercó a Kageyama.

— Tobio-kun, ¿Crees que pueda usar vuestra sala de club para cambiarme de ropa? — preguntó, cruzando sus piernas. — En un rato comenzará a hacer frío.

— Claro, la puerta está abierta, solo recuerda no cerrar la puerta al entrar, el pestillo para abrir por dentro se rompió esta mañana. — explicó el chico. — ¿Sabes como llegar?

— Si, tranquilo, no hay problema con esto. — aseguró la chica, soltando una risita. — No tardaré mucho, no quiero perderme a tus compañeros entrenando. — dijo divertida. — A veces pienso que mi vida hubiera sido mejor si hubiese sido un balón de voley, ya sabes, siendo azot...

— ¡Vale, ya oí suficiente ve a cambiarte!

Soltando una fuerte carcajada que llamó la atención de todo el equipo presente, Ikagura tomó su bolso y se encaminó hacia la sala del club. Recordaba donde se encontraba la sala pues mientras se dirigían al gimnasio pudo verla a lo lejos.

Una vez estuvo frente a la puerta, sacó de su bolsillo un trozo de papel y lo colocó en la puerta, impidiendo con el que está se cerrase del todo. Ya dentro de la sala, dejó su bolsa en el suelo y la abrió para poder sacar la ropa que tenía dentro.

Desabrochó la camisa de botones que el instituto le obligaba a llevar y la sacó con cuidado, doblándola con completa maestría para luego guardarla en su mochila. Después, bajo la cremallera de su falda que se encontraba al lado derecho de su cadera y dejó que esta cayera al piso.

Se dispuso a guardar aquella prenda también en la mochila, cuando una corriente de aire frío azoto su cuerpo, provocando que su bello se erizara por culpa del contraste de temperaturas. Cuando Anna alzó la mirada, se encontró frente a ella a cierto rubio que ya había tenido el placer de conocer el primer día de clase.

2. Hentai Girl || Kei TsukishimaWhere stories live. Discover now