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— Jack, no puedes estar aquí. Tobías está por llegar y si te ve te matará.

— Sabes que estoy enamorado de ti, te puedo dar una mejor vida y darte ms amor que lo que ese imbécil te puede dar. ¡Eres hermosa! Por Dios, ¿Qué haces con un tonto como él?

— Debes marcharte, no puede vernos juntos. —dijo Sally mientras trataba de sacarlo de la casa.

— ¿Sabes cuánto te amo? ¡He mandado todo, todo a la mierda por ti! Sally, ese imbécil no te merece. Puedo apostar que te golpea... —Sally guardó silencio y se echó para atrás—. Mira donde vives, esto es una verdadera miseria.

— No puedes meterte en mis cosas, amo a Tobías. Además, este lugar es temporal.

— ¿Por qué? ¿acaso él te lo dijo? ¡Mereces algo mejor!

— ¿Cómo tú? —dijo alguien a espaldas de Jack, era Tobías—. ¿Qué hace este imbécil aquí?

— Lo siento mucho amor, él entró y he estado tratando de sacarlo. —Tobías miro con odio al hombre y apretó sus puños, Sally ya podía ver los golpes que recibiría su amigo...

— Vete de aquí y deja a mi mujer tranquila. Ella me ama y yo la amo a ella, me parto el puto lomo para mantenerla como una reina y tu vienes con cara de estúpido a decir que la amas. ¡Lárgate!

— Me iré solo si Sally me lo pide, ella es la única que me puede sacar de aquí.

— Un puño mío haría lo mismo. —dijo dirigiéndose a Jack, Sally intervino rápidamente y se puso en medio de ambos.

— ¡No! —gritó—. Jack, eres mi amigo y solo eso. Amo a Tobías, por eso estoy aquí, a ti te veo como un amigo nada más, no te amo, eres un imbécil... —dudo en seguir, pero si no lo trataba mal Tobías se desquitaría con ella—. Eres miserable y me das asco, jamás estaría con un perdedor como tú. ¡Vete!

Al final Jack se fue, pero con su corazón vuelto nada. Las apariencias de ella por hacerle entender a Tobías que Jack no le importaba fueron en vano, pues la terminó golpeando.



— Lo sé, me porté mal contigo en el pasado. Lo siento. —dijo Sally avergonzada.

— No es tu culpa, Tobías es un animal. Aunque... un gracias por la última vez no hubiera estado mal, ¿No?

— ¿Te dejó una marca fea? —preguntó llevándose sus manos a la cara.

— Fue una bala, ¿Qué crees?

Sally resopló y se sentó en una silla cercana que encontró. — Fui una tonta.

— No te castigues, estoy bien ahora.

— Sí, y el animal ese está en la cárcel, es lo único que me da paz.

— A todos. Y bueno, ¿Qué haces aquí? ¿Te encuentras bien de salud?

— Yo sí... pero mi madre no. Tiene cáncer. No le dan una gran esperanza.

— Oh vaya, lo siento mucho. —dijo poniendo un brazo sobre su hombro.

— No sabes lo que desearía por ser yo la enferma y no ella.

— No digas esas tonterías. Un hijo es quien debe ver morir a su padre. Suena horrible lo sé, pero el padre siempre habrá vivido más que el hijo. Tienes mucho que vivir Sally.

MIENTRAS YO VIVA - SallyWhere stories live. Discover now