Pose || Na Jaemin

pose | 09: all in.

¡Dios santo!, no era nada comparado con lo que en su vida le habían dicho, con lo que continuamente recibía y nunca fallaba en poder manejar. Prácticamente tenía a diario a cualquier tipucho besándole los pies por una sola mirada, y jamás le había afectado demasiado. Si desbloqueaba su teléfono e ingresaba a cualquiera de sus redes sociales, en verdad se conseguiría con varios y cientos de estilos de cortejo en sus bandejas de mensajes, no solamente un simple mote que bien pudo haber sido inconsciente.

Sin embargo aquí estaba, frente a un chico al que conocía de apenas uno o dos días, toda sonrojada y nerviosa por nada.

Ah, eso era frustrante. Estimulante, de una retorcida y medio aterradora manera, claro, pero sobre todo frustrante.

—Dejando eso de lado... Dije que tenía que decirte algo.

—Correcto —aclaró su garganta, recordando la forma en la que había comenzado la conversación. No sabía si odiarse o adularse pues sabía que el desvío había sido su culpa, y de cierta forma posiblemente aquel resultado también. Eso quería creer, por lo menos. Seguía repitiendo en bucle la forma en la que esa palabrita había salido de los rosados labios de Na Jaemin, sin poder evitarlo, medio distraída.

Solo esperaba que no se hubiera alterado mucho en su siempre estoico exterior, serio y mesurado, que pudiera dar pista a lo que pasaba en su interior por culpa de únicamente Na Jaemin.

—Ayer, antes de que accedieras a dormir —se apoyó del sofá con su codo en el espaldar y la palma de su mano sosteniendo su cabeza, encarando a Yura con el torso. Ella se esforzó por sostenerle la mirada, solo porque recordaba con cierto pesar el que más temprano él la evitara deliberadamente—, dijiste algo que me preocupó un poco. Puede ser una tontería, pero no quisiera dejarlo pasar de no ser así, ¿me explico? —Yura asintió, entre confundida y curiosa –también atenta por si pronto debía retorcerse de vergüenza por lo que en aquel estado pudo haberle dicho– y Jaemin experimentalmente repasó sus labios con la lengua. Al notar la forma en la que los ojos de Yura inevitablemente siguieron el movimiento, sonrió para sus adentros y estuvo listo para continuar—. Me preguntaste si no te consideraba atractiva y si había algo mal contigo para que yo no te haya coqueteado...

Yura se tomó unos segundos en reaccionar, tan solo esperando a que él siguiera hablando, no obstante al caer en cuenta de lo dicho sus ojos se abrieron enormemente y el sonrojo que ya se le había bajado regresó abruptamente, como un fuerte golpe de calor a todo su cuerpo. Sus labios temblaron, y de inmediato supo que le había sido imposible disimular algo de ello. La intensidad del rápido bochorno tan solo aumentó al identificar algo como satisfacción en la expresión del contrario, esa descarada sonrisa complacida y los predadores ojos brillando de diversión.

¿Dónde estaba el Jaemin simplemente amable? Nunca creyó que lo extrañaría.

—E-Estás mintiendo, qué estupidez —tartamudeó temblorosa, incluso sabiendo que era tremendamente inútil el negarlo. No solo porque hablaban de algo que, al no recordar en lo absoluto, no tenía bases para desmentir, sino porque más allá de eso estaba consciente de que eran pensamientos culposos que ya había tenido.

Y, si no se lo había dicho ella misma, ¿quién más? Se jactaba de hasta el momento haber podido ser sutil con lo que le generaba el tan solo verlo, el estar en su presencia, así que ni siquiera Dongwoo –que la conocía de cabeza a pies– hubiera podido saberlo y además decirle en algún descuido suyo. Tampoco la creía capaz de hacerle algo así.

Sobre todo, conociendo lo mal que se ponía al estar alcoholizada... Sí, confiaba más en Jaemin que en la Yura ebria.

Jaemin tarareó sin inmutarse, subiendo la mano a su flequillo y revolviéndolo distraídamente— Ah, supongo que eso confirma que al final en serio no era solo una tontería. Lamento no haberme dado cuenta antes de lo que hacía...