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Percibió su mirada clavada en ella desde el instante en que se dejó caer y se permitió respirar aliviada. Despacio volvió la cabeza, con sus mechones castaños acariciando sus rosadas mejillas mientras escuchaba de fondo, y sin prestar atención, el murmullo que era la voz del profesor Binns, tan enfrascado en la lección que ni tan siquiera se había percatado de su tardía llegada, como bien le había dicho aquel chico, Cedric. Lo primero que vio mientras alzaba el mentón fue el distinguido escudo color esmeralda, después la camisa blanca, impoluta y con los últimos tres botones desabrochados, una piel pálida y lisa, que emanaba un olor leve a espino, fresco.

- ¿De dónde sales, preciosa?- Inquirió con una voz un tanto ronca, como si fuese realmente aquellas palabras a ella las primeras que hubiese dicho desde que comenzó el día, y que le obligaban a finalmente mirar a aquellos ojos de tormenta.

- Yo... eh.. yo... no es tú asunto, Malfoy.- Le espetó, sin poder evitar que en un principio se le quebrara un tanto la voz. Sacudió la cabeza y se concentró en sacar las hojas de pergamino y el libro, todavía un tanto manchados por la tinta que había derramado y evitar mirar si quiera al chico rubio. Extrajo la pluma, con la intención de tomar los apuntes que pudiera hasta que se acabara la clase, cuando se dio cuenta de que la tinta necesaria se encontraba desperdigada en el suelo del pasillo y en todas sus cosas. Se mordió el labio, maldiciendo por lo bajo y colocándose unos mechones de cabello tras la oreja.

- Toma.- Dijo tan solo el rubio, al tiempo que le deslizaba el tintero a su alcance. Sin decir nada más volvió la vista a la espalda del profesor. ¿Ya está? ¿No iba a preguntar?

- Se me cayó la mochila... - Respondió a su muda cuestión e introdujo la punta de la pluma en la tinta. Él soltó un vago "uhm", sin apartar la vista en algún momento, respetando la posición que le había indicado la chica, un tanto brusca, comenzaba a darse cuenta. - Lo siento, llevo un mañana... da igual, lo siento.- Añadió y repitió, dando por inútil el intentar sacar algo en claro de su primera clase. Se giró hacia él, apoyando el codo en la mesa y su mejilla en la palma de su mano. Él se volvió, con el semblante serio y asintiendo, mientras sus ojos iban de los de ella, cansados y con unas notables ojeras bajo ellos, a sus mejillas, de nuevo pálidas y blancas, y finalmente a sus labios rosados y un tanto cortados.

-No tienes que darme explicaciones, y llámame Draco.- Ladeó la cabeza y una media sonrisa pícara ilumino su rostro mientras añadía:- Preciosa.

No pudo evitar fruncir el ceño ante aquello último.

- Dahlia.- Respondió entre dientes.

- Bien, bien... Dahl.

Sus ojos se pusieron en blanco a respuesta, mecánica, y una sincera y cautivadora risa se escapó de los labios de él, mientras bajaba la cabeza y se pasaba una mano por los mechones rubios. Así, riendo y bajando la cabeza no pudo negar que era posiblemente lo más hermoso que había visto en su vida.

- ¡Calla!- Le exigió, apretando los labios lo más fuerte que pudo para no reír al igual que él, al tiempo que le golpeaba en el hombro con el ejemplar de Historia de la Magia.

Los estudiantes sentados delante suya se volvieron, con el ceño fruncido y claramente molestos.

- Dahlia Petrova vas a conseguir que nos echen de clase.- Le dijo llevándose una mano al lugar donde le había golpeado y frotándolo como si realmente le hubiese echo daño. Dahlia asintió, mientras dejaba escapar una baja y melódica risa y clavaba la vista en su pergamino sin escribir. El chico mantuvo la mirada en ella, con una sonrisa aún presente en sus facciones, como maravillado por toda ella mientras se abstenía de prestar la atención que debería.

Se mordió el labio inferior mientras abría el libro y trataba de concentrarse. Imposible, imposible con aquellos ojos grises y aquel rostro tan absolutamente perfecto sobre ella, que provocaban que su pulso se acelerara irremediablemente y el oxígeno se le antojara insuficiente. De nuevo se giró hacia él, dejando caer su mano en la mesa.

- No me mires... así, para, ¡para! - Exclamó lo último al tiempo que su delicada risa se fundía con la palabra y sus manos iban a los ojos de él, tratando que desviara su mirada.

Aquello fue suficiente para que el profesor Binns se girara.

- ¿Les molesto?- Les preguntó mientras les clavaba su mirada aburrida y reprobadora. Fue entonces cuando Dahlia se dio cuenta de la manera en la que se podía ver un tanto a través de él y de aquel color grisáceo del que estaba formado, ahogando un grito y sin llegar a decir nada.

- No, profesor, lo lamento.- Respondió por ambos Draco, agradeciéndoselo en silencio la chica, con una rápida mirada.

-Bien, Malloy.

Tras eso se volvió de nuevo y su espalda translúcida fue lo único que dejó a la vista de nuevo. La chica apoyó las manos en su regazo y lanzó una rápida mirada de soslayo al chico, al tiempo que él, encontrándose unos segundos.

Observó con atención como el chico rasgaba un trozo de pergamino y garabateaba unas palabras rápido, que después le dejó a su alcance con un seco movimiento de mano.

"Torre de astronomía? 7 p.m"

Frunció de nuevo el ceño y se volvió, abriendo la boca para replicar cuando la mano del chico la cubrió. Molesta la retiró mientras él se llevaba un dedo a los labios pidiéndole que se mantuviera en silencio mientras esbozaba una divertida sonrisa.

"no."

Escribió por debajo de las palabras de él y le devolvió el papel.

"¿Por qué?"

Soltó un suspiro.

- Por que no te conozco, Malfoy. - Le respondió en voz alta, sin pretenderlo.

El chico abrió los ojos como si escuchar su voz fuese lo más impensable en esa situación. Negó con la cabeza mientras adoptaba una expresión de exagerada decepción y señalaba el papelito, donde él había escrito una nueva respuesta a su pregunta.

"Podemos conocernos."

Ladeó la cabeza entornando los ojos y negando. Antes de que el chico pudiera replicar el resto de los alumnos se levantaron, provocando un gran estruendo y dirigiéndose hacia la salida. Dahlia aprovechó para guardar todo lo más rápido que pudo y mezclarse con la oleada de gente que comenzaba a inundar el pasillo. Después de aquello se pasó el día rehuyendo todas su miradas e intentos de cruzar unas palabras.

Estaba haciendo lo correcto, se repetía. Se había dado cuenta del efecto que tenía el chico sobre ella y no era ciega, en a penas el escaso día que llevaba en Hogwarts ya había escuchado como era realmente Draco Malfoy de diversas bocas, arrogante, presuntuoso, ambicioso, manipulador y terriblemente atractivo. Seguramente tan solo se acercaba a ella por su estatus de nueva, tal como había dicho Cedric, "la chica del momento". No, no se iba a dejar embaucar por palabras bonitas, se negaba a ser otra conquista del chico popular, ella no era así.

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Aquí está el nuevo capítulo!
Espero que os haya gustado y sé que es un poco más corto y con más diálogo que los demás pero hacia falta un encuentro con Draco, ¿no os parece?
Sigo muy liada con exámenes y demás pero trataré de publicar lo antes posible. Como siempre dejad un comentario y votar si os ha gustado.
Buen día hechiceros.
Sarah R.

Petrova (I)Where stories live. Discover now