Sangre y confusión

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Niall calculó que debió de haber recorrido unos treinta kilómetros de distancia antes de quedarse sin gasolina, y verse obligado a detenerse. No era nada por lo cual entrar en pánico; esa no era la primera vez que le sucedía y tampoco sería la última. Se hizo una lista mental: sacar uno de los neumáticos, asegurarse de que todas sus pertenencias estuvieran en su mochila, y... bueno, ni siquiera se molestaría con la cubierta. La sangre en el capó, y el tanque vacío serían lo suficientemente convincentes.

¿Y si no? Bueno, estaba listo para un cambio. No iba a estar usando para siempre un coche que le recordaba constantemente a su hermano. Además, las ciudades eran los mejores lugares para encontrar nuevos coches, y de acuerdo con un letrero verde, la siguiente ciudad estaba sólo a una milla de distancia.

Niall se disponía a ponerse su chaqueta, pero se detuvo. Por primera vez en mucho tiempo, miró hacia la mordedura en su brazo. Estaba empezando a verse mejor, no mucho, pero sin duda mejor de lo que solía ser. La herida había comenzado a costrarse, y los moretones se desvanecieron. Era una buena señal.

Antes había pensado en que se arrepentiria de dejar el grupo. Pero no lo hizo. Era casi ridículo. Solía tener amigos que había conocido durante años, y ni siquiera les confiaba su comida, ahora, estaban estos cuatro chicos desconocidos que conocía hacía apenas algunas semanas, y había renunciado a su seguridad para mantenerlos a salvo.

Que curiosa y cruel era la vida.

Una hora más tarde, Niall empezó a pensar que su vida era como una película del Señor del los Anillos, porque sentía que había recorrido la distancia de la Comarca a Mordor.

La entrada de la ciudad estaba bloqueada por una mezcolanza de automóviles y camiones. Sus piernas palpitaban. Tal vez debería haber sido más activo en los deportes de la escuela. Se subió al capó del primer coche, y comenzó su caminata a través del precario sendero. Había llegado hasta allí, maldita sea, no iba a detenerse por una torre de Jenga mal construida.

Estaba a medio camino de un camión, cuando una mano lo agarró. Dedos pegajosos se cerraron alrededor de su tobillo, y le hicieron caer con un golpe brusco en el rasposo y duro pavimento. Su pie se estrelló contra la ventana, y el vidrio cortó sin piedad su piel.

Niall no podía ver lo que le estaba agarrando, pero estaba gruñendo y tratando de devorar su extremidad. Entre su posición y el agudo dolor en su pierna, lo último que quería hacer era moverse. Pero tampoco quería convertirse en la próxima comida de ese zombie.

Finalmente, logro darle un sólido golpe con su pie bueno, y los dedos alrededor de su tobillo desaparecieron. Con un gruñido, se apoyo en el camión y trató de ponerse de pie.

Pero como si su suerte no pudiera ser peor, alguien le disparó.

La bala se incrusto en un coche a tan sólo dos metros de él. Niall se sobresalto, y estuvo a punto de perder su agarre.

Otra bala pasó volando, literalmente, junto a su cabeza y dio en el camión. Los fragmentos de vidrio de la ventana rasgaron la tela de su chaqueta, y algunos trozos se incrustaron en su piel. Aterrizó en el suelo, y hubiera perdido sus dedos por culpa del infectado si no hubiera sido lo suficientemente rápido.

Por supuesto, su mochila no cayó con él. Que se fueran al infierno todos los que decían acerca de la suerte irlandesa, pensó haciendo una mueca, porque él no tenía nada de suerte. Momentáneamente se volvió hacia el infectado del camión, que por lo que ahora podía ver, era una mujer.

Niall no miró su carne podrida, sino su rostro. Está respirando pesadamente a través de su boca, y tratando de mirar a través del parabrisas. Cuando pudo enfocar de donde venían los disparos, vio que había un coche volcado en frente del camión, y no podía ver quien le estaba disparando. Tal vez pensaban que era un muerto.

The last of me ~ Narry/ZiallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora