☞Segunda Oportunidad

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Me resigné completamente. Harry y yo nunca podríamos tener un momento a solas para intimar, y menos en un hospital en donde entraba cada cinco minutos una enfermera molestosa para revisar a Harry y si este se encontraba bien.

Yo puedo encargarme de eso, estúpidas.

En fin. Iris había hecho otra visita el mismo día, para decir que a Harry le darían el alta y que para año nuevo estaría ya en casa, pero tendría que guardar un estricto reposo porque su tobillo aún estaba roto.

Me sentí de nuevo muy mal por él, pero ¿qué más podía hacer yo? Todos mis esfuerzos eran en vano, porque siempre que quiero hacer algo por Harry, algo evita que salga perfecto.

Sigo en mi teoría de que es una fuerza divina o algo así. Quizás el dios del sexo cree que no estoy preparada.

Eso debe ser.

Luego de que a Harry le dieran de alta, salimos de su habitación para que pudiera vestirse con la ayuda de una enfermera. Me hubiera gustado ayudarle yo y no esa pesada pero me daba ya mucha vergüenza y seguro con lo atarantada que soy terminaba por romperle la otra pierna.

—Es bueno que ya por fin vuelva a casa. Nuestros padres están preocupados por él — Iris dice una vez que estamos fuera de la habitación.

—Si —le digo porque en realidad no sé qué más decirle.

—Lo único malo es que pasará el año nuevo solo—admite con tristeza.

De pronto aquella frase logra llamar toda mi atención. ¿Pasará el año nuevo solo?

— ¿Y eso?—me decido por preguntarle.

—Verás, cada año nuevo toda la familia vamos a pasar la noche a la casa de uno de nuestros tíos, festejando hasta el amanecer para pedir nuestro deseo de año nuevo. Es como la tradición —explica—pero si Harry tiene la pierna así será complicado llevarlo, encima que es un lugar concurrido de gente, en una de esas podría tropezarse, con lo despistado que es el pobre.

—Vaya, entiendo.

—De todas formas tenemos pensado llamarlo, para que no se sienta tan solo, no será lo mismo pero algo es algo.

Me quedo pensando un momento en lo que Iris acaba de decir. Harry no puede pasar el año nuevo solo. Claro que no, pero me da demasiada vergüenza aparecer ese día con la intención de acompañarle. De pronto, en mi mente surge una idea.

—Bueno Iris. Tengo que irme. Tengo que juntarme con Amy para hablar.

—Hasta luego, Rachel.

***

— ¿Por qué siempre tengo que ser parte de alguno de tus planes? —Amy se queja después de darle un sorbo a su bebida.

— ¿Por qué eres mi amiga?—pregunto medio obvia— Y porque no puedo hacer esto sin ti.

—Ay, Rachel. Tienes que independizarte.

—Sí, pero de ti nunca. Tu eres mi consejera espiritual—le digo.

— ¿Consejera espiritual? ¿Me tomas el pelo? Es una pregunta seria.

—Sí, Amy. Creo que en parte me has ayudado mucho a acercarme a Harry en estos dos últimos años que lo conozco—admito.

—Y...—alarga para que siga hablando en mi momento sensible.

—Está bien. Bastante. —bufo y me revuelvo incómoda en mi asiento. —y...me has ayudado a darme cuenta de algo que nunca podré...decírselo a nadie.

𝖲𝗈𝗅𝗈 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗋𝗈 𝗎𝗇 𝗏𝗂𝗋𝗀𝖾𝗇. ☞ Harry Styles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora