𝐊𝐮𝐫𝐢𝐬𝐚𝐦𝐚 [𝐆𝐚𝐃𝐨𝐧𝐠]

¡Kurisama! #11

Al otro día

— Voy a disculparme con MinJi. —Se dijo Gahyeon a sí misma frente al espejo, como tratando de motivarse— Aunque eso no vaya a curar los huesos rotos, va a curar su corazón.

Salió de su habitación, le avisó a su madre que saldría y se fué directo al hospital en un Taxi.

Al llegar preguntó por MinJi, y como era la hora de visitas fue a su habitación y tocó la puerta.

— MinJi...? —llamó— Estás ahí?

La nombrada le contestó con un "Pasa", la menor pasó, se posicionó a su lado y se sintió como la peor persona del mundo al ver el estado de MinJi.

— MinJi...

— Hola, pequeña. —Le saludó sin rastro de enojo o rencor.

— ¿Hola? —Se sorprendió— ¿No estás súper hiper mega ultra enojada conmigo?

— No. No podría enojarme contigo, Gahyeon. —Eso hizo sentir peor a la pelimorada.

— Lo siento tanto JiU, estaba tan avergonzada que...-

— No hay nada que sentir, me curaré pronto.

— Ay, abuela. Te quiero mucho. —Sonríe con lágrimas— No sé cómo compensarte.

— Tranquila... —Trató de abrazarla pero le dolió como el infierno— M-mejor no.

— Me sentiré terrible por el resto de mi vida, no merezco tu amistad.

— Claro que la mereces, Gahyeon. Deja de culparte, es decir, realmente te pasaste con esto pero eres una excelente amiga.

— Tú lo eres, MinJi.

— Ambas lo somos entonces, enana. —Se burló MinJi.

— Je, gracias. —La abrazó lo más suavemente que pudo y le dedicó una sonrisa llena de cariño.

— A tí.

— Voy a venir a visitarte seguido, pero no me esperes, tengo asuntos pendientes con Handong... —Confesó apenada.

— Ve por ella. Tigresa. —Le guiñó un ojo pícaramente y Gahyeon como un tomate se despidió y salió volando de ahí.— Adiós.

GaHyeon fué a donde sus amigas estaban reunidas (la casa de Bora, a.k.a la segunda más vieja) a contarles lo sucedido.

— Y entonces ella me perdonó.

— Bien hecho.

— Hiciste lo correcto, le debías unas buenas disculpas.

— Gracias. —Mira con los ojos achinados a Handong.

— Por cierto... tengo una duda fuera de este tema, Dongie. —Dijo la miope.

— Claro, qué es? —Ya se imaginaba qué era—.

— ¿Qué significa Kurisama? Siempre quisimos saberlo.

Handong enmudeció y miró al vacío, luego sonrió con nostalgia.

— ¿Tan bueno es?

— Sí... no te lo diré, ni a ninguna de ustedes, por ahora.

— Está bien. —SuA la abraza por el hombro.

— Nos vamos?

— No... aún no, hay cosas que debemos hacer. —Mira a Yoobin.

—...No...

— Sí.

— ¡No!

— ¡Sí!

— ¡Que no! ¡No quiero verme como una payasa! —SuA y Yoohyeon la agarran de los brazos para que no escape y comienzan a maquillarla y vestirla como una niña.

— Eres como el hombre del grupo, queremos ponerte un poco más... femenina.

— ¿¡Y qué!? Con que todo el mundo sepa que soy mujer estoy satisfecha.

— No nos importa, Handong, Siyeon, el maquillaje!

— ¡Entendido! —Dijeron al unísono las nombradas y corrieron por el maquillaje.

— Gahyeon, la ropa!

— Oki! —Dijo yendo por las prendas.

— No lo hagan, a veces uso faldas y actúo como chica pero eso no quiere decir que tenga que maquillarme y vestirme totalmente como una.

— Eres una amargada.

— Y tú una lesbiana fastidiosa sin sentimientos que se cree bailarina sólo porque puede bailar cumbia.

— ...Te odio.

— Lástima, yo te quiero. —Sonríe sarcásticamente y SuA la suelta con el ceño fruncido.

— Maldición, nunca logro lo que quiero.

Vacilé entre que Dami se enojara o no.