Corríamos rumbo a la clase del profesor Snape, nos quedamos hasta tarde, tardísimo, despiertos chismeando.
— Eso nos pasa por viejas chismosas - hable mientras corríamos.
— No hables y solo corre, como si tu vida dependiera de esto.
Bajamos corriendo unas escaleras y casi nos caemos - Mi vida depende de esto - entramos empujando la puerta causando un gran ruido mientras nos arrodillábamos en el piso para tomar aire.
— Llegan particularmente tarde, pero no es necesario arrodillarse para pedir disculpas - nos dijo en tono burlón Snape.
— No se volverá a repetir - trate de pronunciar mientras seguía recuperando el aire y Blaise estaba atrás igual a mi.
Me senté al lado de Draco, tenia hermoso anillo de serpiente con ojos verdes, pero no sabría decir si era realmente verde, había un subtono gris aún.
— Eso te pasa por andar de chismosa Sofía - susurró él.
— Es inevitable, peor si es con Blaise - sonreí - Me gusta tu anillo - acerque su mano a mi cara - ¿Me lo prestas?.
— Bien, toma - estaba por sacárselo cuando pregunté.
— ¿En sus ojos hay esmeraldas o es solo vidrio verde? - el rodó los ojos con obviedad.
— Son esmeraldas tonta, espera - se quedó callado - ¿Como sabes que sus gemas verdes? - abrí la boca para responder pero Snape empezó a hablar
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La clase de Snape transcurrió en silencio, un incómodo silencio. No me di cuenta de lo que estaba diciendo pero Draco si.
— Ash que tonta por Merlin - habló frente a mi reflejo mientras tiraba de mi túnica.
Ahora el sabía que me gustaba, ahora el idiota de Draco sabía que siento algo por él por eso lo estaba viéndolo a colores.
— Abre Sofía - genial, ahora el venía a hablar conmigo y a alejarme porque él es Draco y solo era un fuckboy y según era su amigo desde hace dos años.
Abrí la puerta y el entro, solo que esta vez no empujó la puerta como solía hacerlo.
— Dime hurón, ¿que te trae por aquí? - reí de manera nerviosa.
— Bien, entiendo que no quieres hablar de eso - se puso de pie a la par y se detuvo delante mío.
Me dio un beso en la frente lo cual me tomo en total sorpresa, él solo me abrazaba y de ahí nunca pasó, nada de besos ni nada por el estilo, quizás por respeto a relación con Weasly.
— Me encantan tus aretes dorados Sofía - y salió.
Dejándome ahí pensando aún en el pequeño beso que me dio. Pero tarde en darme cuenta, ¿aretes dorados?, ¿acaso él había visto el color de estos?.