Still The One// Ron Weasley y tú

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Narra _____

Primera clase de DCAO del curso.

Todos reian al ver el pájaro de papel volando por toda el aula pero las risas desaparecieron cuando el pájaro de volvió cenizas.

Todos nos giramos para ver a la profesora Umbridge.

-Buenos dias-Dijo ella caminando hacia el frente de la clase-Titulo indispensable de magia ordinaria, T-I-M-O-Escribió en la pizarra con su varita.-Mas conocido como TIMO, estudiad mucho y sereis recomoensados-
Ron y yo nos miramos con una ceja alzada.
Estudiar no es lo nuestro.
-De no hacerlo, las consecuencias podrían ser severas-Umbridge hizo que unos viejos libros volasen por la clase y se posaran cada uno enfrente de cada alumno.
Todos los miramos extrañados.
-Vuestra instrucción previa en cada materia ha sido alarmantemente irregular, pero os complacerá saber que desde ahora seguiréis un curso de magia defensiva estructurado y homologado por el ministerio de ¿Si?-Dijo Umbridge.
-¿No hay nada aquí sobre el uso de hechizos defensivos?-preguntó Hermione después de ojear el libro.
-¿Hechizos?-Rió Umbridge-¿Por que ibais a necesitar hechizos en mi aula?-
-¿No vamos a usar magia?-Preguntó Ron
-Aprendereis hechizos defensivos de un modo seguro, libre de riesgos-
-¿Para que nos servirá?Si nos atacan no estaremos libres de riesgo-Dijo Harry.
-Los alumnos que quieran preguntar en mi clase han de levantar la mano-Dijo Umbridge y hubo un silencio.
Levanté la mano.
-¿Si?-
-¿Para que nos servirá?Si nos atacan no estaremos libres de riesgo-Repetí exactamente lo que dijo mi hermano.
-El punto de vista del ministerio es que un conocimiento teórico será suficiente para superar los exámenes que es, en definitiva, el objetivo de la escuela-
-¿Y como nos va a preparar para lo que nos espera fuera?-Preguntó Harry.
-No hay nada fuera, querido-Dijo Umbridge.-¿Quien querría hacerle daño a unos niños como vosotros?-
-No se, tal vez...Lord Voldemort-Dije obvia y la gente empezó a murmurar.
Venga ya ni que fuera la primera vez que escuchan decir su nombre.
Umbridge se quedó unos segundos callada con una extraña mueca.
-Voy a dejar una cosa bien clara, se os ha dicho que un tal mago oscuro anda suelto de nuevo-Se acercó a mi-Eso es mentira-
-¡No es mentira! ¡Lo vimos y luchamos contra él!-Dije.
-¡Castigada señorita Potter!-
-¿¡Osea que según usted Cedric casi muere porque le dio la gana!?-Dije
-Lo de Diggory fue un accidente-Dijo Umbridge.
-¡Fue un intento de asesinato!¡Voldemort casi lo mata y usted debe saberlo!-Dijo Harry.
-¡Basta!-Grito Umbridge y su voz resonó por toda el aula-Vosotros dos vengan luego a mi despacho-Nos dijo a Harry y a mi.

-¿Como crees que habrá decorado su despacho?-Me preguntó Harry mientras nos dirigíamos a este.
-Rosa, muy rosa, probablemente será la típica señora mayor que tiene muchos gatos así que tendrá un par de fotos de gatos por ahí-Dije y Harry llamó a la puerta del despacho.
-Adelante-Escuchamos la voz de Umbridge y Harry abrió la puerta.
Me sorprendí al ver que el despacho era exactamente como dije.
Excepto que no habían un par de fotos de gatos, habían incontables fotos de ellos.
-Buenas noches, Potters, sientense-Nos dijo y ambos nos sentamos en los sillones rosas que había frente a su mesa.-Hoy me escribirán unas cuantas frases-Dijo y ambos agarramos nuestras mochilas para sacar las plumas.-No, con las vuestras no, usaran unas mías, muy especiales-
Umbridge se levantó y nos dio una pluma a cada uno.
-Quiero que escriban, no debo decir mentiras-
-¿Cuantas veces?-Preguntó Harry.
-Digamos que...tantas como se requiera para que cale el mensaje-
-No nos ha dado tinta-Le dije.
-No necesitaréis tinta-Respondio y fruncí el ceño.
Miré a Harry quien alzó los hombros y ambos empezamos a escribir.

No llevaba ni dos veces copiada la frase cuando sentí mi mano arder.

Escuché unos quejidos de Harry.
Lo miré y vi como en su mano se empezaba a ver la frase escrita en su mano.
Apreté ma mandibula cuando el dolor empezó a ser más fuerte en mi mano.
Miré a Harry con los ojos llorosos.
Al parecer el soportaba el dolor más que yo, ya que él solo apretaba su puño y soltaba algún que otro quejido más.