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- ¿Novio? No sabia que Liv tenia novio, no me dijo nada - Lo miro alzando la cabeza porque Alec era un poco mas alto. La incomidad llego de repente.
- ¿Y cómo porque tendría que decirte? - Levanto una ceja aun serio.
- Que te... - Lo Interrumpí.
- Pues ya vez que si. El es Alec - Respondi aclarando mi garganta. Pero eso no hizo que me miraran - Y el es Oliver.
- Entonces salgamos después de clases. Invitaré a los demas - Sonrie con diversión. - Al bar.
- No creo que... - Alec me corto para responder el.
- Seguro -
- Bien, a la salida nos iremos. Nos vemos en el salon Ivi - Me sonrie y asiento con una sonrisa que mas bien era una mueca.
Dejo salir una risa incomoda, pero al ver aun la seriedad en su rostro me detengo.
- No tienes que ir, yo lo arreglaré - Hablo regresando al tono serio. El dirigió su mirada hacia mi.
- ¿No quieres que vaya? -
- No es lo que dije. Solo se que no te gusta relacionarte con... con tu sabes y lo entiendo - Jugue con mis manos y el nego.
- No tengo problema con ir ¿O a ti...? - Lo Interrumpí llevando mis manos al rededor de su cuello.
- A mi me encantaría. Pero tampoco quiero obligarte - Sus manos fueron a mi cintura.
- Quiero hacerlo - Sonrei besando su mejilla.
- Bien, entonces te vere en unas horas - Bese su mejilla una vez mas antes de alejarme.
- Cuidate -
- Tu cuidate - Sonrei antes de caminar hacia la entrada. Cuándo estuve ahi me gire para aguitar mi mano a modo de despedida y el me imito con una pequeña sonrisa.
***
Las clases terminaron, el tiempo se me paso demasiado lento. Debieron ser mis ansias por ver a mi shadowhunter. Salimos juntos después de tanto tiempo en el que yo me habia apartado, ahora me sentía un poco incomoda con la presencia de algunos.
- ¿Y donde esta el? - Tory pregunta ansiosa por saber quien era - ¿Estas seguro que no era imaginario? - Le preguntó a Oliver. Gire los ojos.
- Ay, ya. Lo dices cómo si Olivia no fuera una diosa ardiente - Amy hablo giñandome el ojo. Sonrei en agradecimiento.
- ¿Diosa ardiente? - Pregunto Thomas - Me gusta cómo suena eso.
Cuando bajamos las escaleras después de salir del edificio logré verlo. Ahora llevaba esa chaqueta negra que me encantaba. Mi corazón se emociono.
