—Te hará bien despejar la mente por un par de horas —se levanta —bueno, me iré a ver como va la comida, porque no quiero que se me queme —sale de la habitación y ambas damos saltos de alegría, ya que por primera vez ella deja ese lado de mamá regañona para después.

—Rápido antes de que se arrepienta —Jex me suelta y agarro mis zapatillas planas, arreglo el desastre que tengo como cabello y cambio la camisa vieja de dormir por una de rayas coloridas.

—Lista —digo agarrando su brazo para salir a toda velocidad de la casa —adiós mamá —me despido en la puerta.

—Adiós, mamá, de parte de tu segunda hija—grita ella y me lleva corriendo hasta la prado negra estacionada al frente de la casa —sube —abre la puerta y entro, ella imita mi acción y cierra —Ángel, vamos a casa.

—Entendido, luna Jex —abro mis ojos tanto como puedo al escuchar el luna y ella se sonroja.

Típico de Jexi.

—¿Elián te mando lo que le pedí? —cuestiona ella y el chófer nos ve a través del retrovisor.

—Sí, de hecho, mi padre Alonzo ya compró las cosas porque la luna Irina también quiere ver las series con ustedes.

—¿Y la señora Sara?

—Dijo que no podía, porque a su madre, la señora Elizabeth, se le antojo ir de compras y no pudo negarse a ir.

—No hay problema, ¿y Kayla?

—La señorita Kayla dijo que bajaría en cuento llegarán las cosas al salón, supongo que ya tiene que estar sentada esperando por usted y compañía.

—Quero, soy Quero —me quejo —no compañía —sacudo mi dedo índice y el chófer asiente sin más.

—Y yo Ángel, el chófer personal de la luna Jexi. Un gusto señorita Quero —sus ojos no dejan de verme por el retrovisor y asiento desviando la mirada.

Nunca he sido buena para ver a la gente a los ojos, lo debo admitir.

La camioneta se estaciona frente a la gigantesca mansión y los recuerdos de ese día llegan a mi mente.

No, ahorita no debes pensar en eso.

Me muerdo los labios y bajo, cierro la puerta y sigo a Jex hasta estar dentro, ambas nos encaminamos hacia el gran salón y dejó caer mi mandíbula con la cantidad de cosas que hay en una mesa al alcance de nosotras cuatro nada más.

La luna Irina, Kayla, Jexi y yo.

—¡Ya llegaron! —nuestra chiquita luna se acerca a nosotras —cojan lo que quieran y podemos comenzar.

Como un instinto en el cerebro de mi mejor amiga se gira y me tapa la boca —¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH! —mi grito se difumina por su mano tapando mi boca y toca su pecho al soltarme.

—Sabía que harías eso.

...

Hemos visto en total toda una temporada entera y vamos a mitad de la segunda con pájaro soñador. Las palomitas ya tienen tan seca mi boca que no puedo más y me excuso para ir por agua a la cocina.

Corre, corre que ahora es que empieza lo bueno con Sanem.

Ni que lo digas, Deisy.

Corro sin importarme estar descalza y entro a la cocina formando un alboroto, siento la eufusividad correr por mis venas y hago pasos improvisados hasta llegar al frigorífico, agarro la botella de agua más grande que hay y simuló ser Sanem mientas actuo frente a las cámaras.

De la nada escucho la puerta abrirse, aferro la botella al pecho asustada y apenada por quien pueda ser que me haya pillado en esta vergonzosa situación, pero aprieto la mandíbula cuando siento ese olor a rosas llenar mis fosas nasales.

No se supone que él no estaría aquí.

Mis ánimos decaen otra vez y sin decir ni una sola palabra intento salir de la cocina lo más rápido que puedo.

—Te estás llevando mi botella de agua —su voz entra en mi piel como bola de fuego hasta llegar a calentar mi corazón, pero al momento de esas imágenes pasar por mi mente, otra vez, escucho como se rompe en trocitos chiquitos.

Me giro hacia él con enojo y le lanzó el agua con fuerza, —¡PUES QUÉDATE CON ELLA! —él la atrapa antes de que esta de con su cara y la deja a un lado de la isla para observarme con atención.

Y es que incluso sabiendo que no me refiero a lo que le acabo de lanzar, él, Yannick Dhall, no dice ni una sola palabra, y duele; porque lo peor de todo esto es que una parte de mí lo sigue queriendo.

Salgo disparada de la cocina con las lágrimas a punto de salir, entro al pasillo para ir al salón y me detengo justo a la mitad agarrando mi cabello con fuerza, dejo las lágrimas caer en silencio y pongo uno de mis brazos sobre el rostro para tapar mis ojos llorosos.

Duele y solo las personas con un corazón roto me pueden entender.
























































...

Nota de autora:—

Poexita mi Quero 🥺❤️✨

Los siguientes capítulos tal vez los publique mañana o esta madrugada, ahorita me voy a hacer la ejercitasion xD

SGLOUD

El Chico Dhall ©Where stories live. Discover now