Prólogo: Nuevas memorias.

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─Tomando asiento─ el chico le señaló el sillón donde podría ponerse cómodo, y el otro tomó asiento.

Todd fue el primero en sentarse cerca del rubio para hablar, y completamente a regañadas, pues Sal intentaba que siquiera lo mirara a los ojos, pero este no se animaba a ver a aquella persona que le había hecho sufrir.

─A veces es difícil ver a una persona bajo una nueva perspectiva, sobretodo si esta cometió demasiados errores, pero... de verdad intenten al menos dialogar normalmente, ¿podrían?─ el más bajo los miraba a ambos.

─Está bien... solo por ti, Sal─ aclaró el pelirrojo, volviendo la vista al rubio ─Bien... te escucho, ¿qué tienes para decir?─.

─Realmente me es difícil entender el porqué de mis acciones, sé que no hay excusa válida, y que les hice pasar un infierno por ser diferentes a mis ojos... estaba bajo influencias de las que aún no me libro, y aprecio que tu amigo intente ayudarme, y por ello estoy aquí, aunque también porque... de verdad, lo siento─.

─Sé que no te entiendes muy bien, de hecho no todos nos entendemos pero... ¿tienes la más mínima percepción de lo que has hecho?, ¿del daño psicológico que causaste?... nos atormentaste por respirar cerca o lejos tuyo, prácticamente, ¿y ahora esperas que con un "lo siento" borre tantos años de horrores?...─.

─No los borrarás, yo mismo no puedo, y me atormentarán mis acciones hasta el final de mis días pero... quiero estar en paz sabiendo que me arrepentí de todo a tiempo, y no tan tarde... sé que ni aunque me hubiese disculpado una semana después de tanto daño, no repararía nada, y sentirlo no es suficiente, pero...─.

─Yo lo siento mucho por tu familia, y lo siento mucho por lo que estás pasando, y por lo que has pasado, pero no puedo siquiera creer aunque sea en un chiste, que realmente has cambiado, o que podría ser posible a futuro... sonaré pesimista, o que estoy lanzando a la basura el progreso que intentas hacer, pero realmente no creo en ti, y tampoco en que halla algo bueno dentro tuyo. Y de mis amigos, solo Sal lo hace hasta ahora, y no comprendo porqué... lo siento, Travis, pero no puedo darte ninguna chance─.

El rubio suspiró y cubrió su rostro con sus manos nerviosas, mientras escuchaba los pasos alejarse, y a Sal gritándole al otro para que volviera y terminara la conversación. Travis no estaba bien, y lo confirmó con una sola mirada hacia el de cabello celeste, pero el ambiente no se volvió más tenso hasta que el castaño llegó a la sala, y con una expresión molesta intimidó a los dos chicos.

─¿Qué te hace creer que deberías estar aquí?─.

─Estoy aquí porque lo siento, nada más─.

─Lastimaste a mi mejor amigo durante años, y también a Todd y a Ashley... tus disculpas no son requeridas, al igual que tu presencia─.

─Chicos, chicos, tomen asiento, parados no resolverán nada─ habló el más bajo, guiándolos al sillón, y sentándose en el medio de ellos ─Sé que las primeras impresiones fueron muy fuertes, y que es difícil creer que alguien puede cambiar, pero a golpes no darán ningún ejemplo... vamos, tienen mejores cosas que decirse─.

El castaño suspiró y miró al más bajo, quien le hablaba con la intención de que se relaje e intente una mejor interacción, pero la simple presencia de alguien como Travis le erizaba el cabello, pues aún recordaba cada empujón, insulto, y golpe que había recibido de parte de este.

─Sal es una buena persona, primero que nada apréndete eso...─.

─Ya lo he comprobado─.

─Y segundo, él no debería ni siquiera haberte dejado entrar por todo lo que has hecho... es como un hermano para mi, y nunca perdonaré lo que le has causado a él, y mucho menos al resto de mis amigos... sé que es difícil comprenderlo cuando no has atraído a mucha gente a tu círculo, sabiendo la actitud que tienes, pero no es ninguna excusa la razón que supuestamente traes, ¿eso sí lo comprendes?─.

─Absolutamente... pero no quita el hecho de que lo siento, y que de verdad odio cada cosa que les he hecho pasar. A Todd le causé un daño que sé que es irreversible, y me alegra que tenga muy buena compañía para vivir con ello, también sé que a Ashley le he hablado de una forma que no correspondía, y que a Sal le he hecho y dicho cosas mucho peores... quiero que sepan que, el infierno que les estaba causando, era porque quería hacer sufrir a otros lo que yo sufría cada vez que ponía un pie en esa escuela, o en cualquier lugar, y quizás lo que sufría ciertamente me lo merecía, pero sé que ustedes no, y de nuevo lo digo... lo siento─.

─Es... complicado, pensar en perdonarte, Travis─.

─Y no pido que lo hagas, mucho menos que creas en mi o en que pienso cambiar mi conducta hacia ustedes, ya suficiente es que lo crea Sal, pero al menos... déjenme expresar mis sinceras disculpas, porque si hay algo que en este y cualquier momento puedo confirmar, es que lo siento, Larry, de verdad lo siento─.

El castaño contempló los ojos del rubio, y su expresión en sí mantenía muchas verdades al descubierto, por lo que se dejó llevar por la razón y no por el rencor, sabiendo que manteniendo malas impresiones para cuidar a alguien, no sería mucho mejor persona de lo que quería ser.

─Está bien... acepto tus disculpas─.

─Gracias, de verdad, prometo que no tendrán que soportarme más, no acosándolos al menos─.

─Confío en que así será, y si eso ha sido todo creo que... te puedes retirar─.

─¿Pero Todd qué?─ interrogó el de cabello celeste.

─Intenté hablar con él, pero está hablando mediante textos con Neil ahora, así que creo que reflexionará y... supongo que te dará una chance, Travis, no sé, no quiero ilusionar a nadie pero, lo conozco bastante ya─ confesó el castaño.

El de cabello celeste acompañó al rubio a la puerta, y lo saludó, sabiendo que después no volverían a dirigirse la palabra probablemente, pues Larry y Todd no creerían realmente en un posible cambio, y solo querían paz, al igual que el rubio, que ahora se despedía.

─Prometo que seguiré intentando ayudarte, Travis─.

─Sal... gracias por todo, pero no puedo más...─.

─¡¿Qué dices?!─.

─No volveré a molestarlos pero... no creo poder cambiar, no creo poder ser mejor persona─.

─Pues yo creo que sí...─.

─Adiós, Sal─ el rubio se marchó cabizbajo, dejando al otro con las palabras en la boca.

La puerta se cerró, y aquel recuerdo terminó; de nuevo, el de cabello celeste se encontraba distraído a mitad de una partida con sus amigos.

─¡Hey, Tierra llamando a Sal!─.

─¿Ah?...─.

─Otra vez te quedaste inmóvil con la mirada perdida, ¿te pasa algo?─ interrogó el pelirrojo.

─No es nada, solo estoy soñando despierto... otra vez─.

Hetero-fobia【Sally Face】Where stories live. Discover now