O1: Beata María.

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Un día más empezaba para el chico de cabellos azulados, y otro día usando la misma prótesis que le recordaba los anhelos y las penurias del pasado. El Sol alumbró su rostro y se vio obligado a despertar, de mala gana y ya preparándose para ir a la sala.

─Oh, buen día, viejo─.

─Buen día, Larry─ refunfuñó el chico, tratando de no sonar descortés.

─Ashley me mandó un mensaje diciendo que no nos podría acompañar a la escuela, supongo que la veremos allá─.

─Bien─.

─¿Sigues mal por lo de la Bologna?, bruh─.

─No puedo creer que la señora Packerton fuese capaz de...─ el menor suspiró, tratando de contenerse.

─Bueno viejo, no te exasperes, los locos se ocultan bajo una máscara todo el tiempo─.

─...─.

─Pero no quiere decir que tú lo seas, digo... tienes una prótesis, no una máscara... lo que no quiere decir que sea peor tampoco, digo, con lo de tu pasado y...─.

─Bien, ya entendí, me lavaré los dientes y ya te acompaño─.

─¿No te ducharás?─.

─¿No te peinarás?─.

─Touché─.

Los amigos salieron camino a la escuela, sabiendo que Todd no podía acompañarlos tampoco, puesto que este había salido mucho más temprano para aprovechar más tiempo en el laboratorio; desde la perspectiva de Sal, seguro estaba planeando algún invento para la feria de ciencia que se aproximaba.

Los chicos esta vez no tomaron el autobús, y prefirieron invertir tiempo de caminata para procesar lo acontecido hace una semana, donde el incidente encubierto de su maestra arruinó otra vez sus planes.

Al final, pudieron llegar tranquilos y a tiempo a la escuela, y encontrarse con algunos chicos, como Chug, que se mantenía en su casillero escondiendo barras de chocolate; probablemente para llevarlas de contrabando a la cafetería y evitar el plato de aquel día.

Luego pasaron a saludar a Ashley, que lucía como siempre, hermosa ante los ojos poco ambiciosos de Sal. Larry solo sonrió y luego de saludar a la chica, dejó a los dos jóvenes conversando solos.

─¿Cómo amaneciste?, Sal─.

─Ah, bien... ¿y tú?─.

─Bien─.

─Me alegra saberlo...─.

─Gracias─.

Ambos quedaron en silencio, y Ashley trataba de evitar reír para no incomodar mucho más a su amigo, por lo que sugirió un tema de conversación.

─¿Viste que Todd se levantó mucho más temprano de lo normal?─.

─Oh, sí... digo, no entré a su casa para verlo, pero...─.

─Okay, okay... lo entiendo, Sal─.

─...¿Crees que la razón sea por un invento que planea hacer?─.

─Lo conoces tan bien como yo, así que creo que sí─.

─Bueno... ¿y qué crees que sea?─.

─No sé, quizás después en el receso, vamos al laboratorio y le preguntamos─.

─¿Nosotros dos?─.

─Sí, y puede ir Larry o Chug─.

─Lo sé pero... ¿nosotros dos... en el receso?─.

Hetero-fobia【Sally Face】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora