Prólogo

819 75 41
                                    

Y ahí estaba, otra vez. En lo más alto de un edificio, viendo a las personas que pasaban debajo como pequeñas hormigas. Hormiguitas que sí se quedaban ahí posiblemente se traumarían de por vida.

Había sobre pensado ésta decisión. ¿De verdad era mi única opción? ¿De verdad era mi única salida?

Y no, no lo era. Pero era la única que quería tomar.

Pero por muy desesperada que estuviese aún seguía siendo una estúpida cobarde, pues para mí era inevitable pensar en si dolería.

¿Estaba segura de esta decisión?

Nadie me extrañaría, de eso estoy segura. Posiblemente mi madre lloraría un par de semanas, y olvidaría que alguna vez tuvo una hija ¿Y los demás...?

No había nadie más. La soledad había sido mi compañera siempre. Cada noche que pasaba, cada día. Desde hace 14 años.

Sentí el frío viento golpear fuerte mi rostro haciendo que mi cuerpo respondiera con un escalofrío y como reflejo un tambaleo, que en mi posición, me podría costar la vida. Pero... ¿A esto de verdad se le podría llamar vida?

Llevaba un buen rato aquí arriba, mi rostro estaría en este momento totalmente rojo, producto del clima frío.

La adrenalina recorría cada parte de mí como acostumbraba cada vez que subía, (Sinceramente era más seguido de lo que me gustaría admitir) tenía el corazón a mil y mi ansiedad estaba por los cielos.

Y otra vez me pregunté ¿Lo harás?
¿Vas a caminar esos dos pasos que te faltan? ¿Ésta vez si lo harás? ¿O te acobardaras como todas las anteriores?

Mi respiración se aceleró en anticipación. Si tan solo hubiera una persona. Una sola que me impidiera hacerlo. Una señal que el universo quisiera mandarme, tratando de decirme, que tengo un propósito, que de verdad todo va a mejorar, que en algún momento mi vida dejaría de ser una mezcla de desesperanza

Pero no, si esa persona existiera, probablemente serían el par de manos que me empujaría.

Me armé de valor y con el arranque más vehemente en mis casi 15 años, di el primer paso.

Pero este se vió interrumpido por una notificación.

¿Jesús eres tú?

Me lo imaginé diciendo.

Si estúpida, soy yo, y hoy no es tu día

Rápidamente, aún con los pies en el borde del edificio, tomé mi celular, y revisé la única notificación.

Número desconocido te ha añadido a
✨Hotel Toro Mecánico✨

______________

Esta obra está registrada bajo derechos de autor. No se permiten copias ni parciales ni completas, tampoco adaptaciones sin el previo aviso al escritor.

Portada hecha por @lennScritt

Vestigio [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora