e l e v e n

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Días y ratos monótonos, donde no hacían más que caminar, cada tanto, se dedicaban un mimo o un beso cerca pero a la vez alejados de sus labios, en un juego para hacerse el difícil, en parte retando al otro en una guerra secreta de quien lo haría primero.

No encontraron nada, como siempre, no volvió a llover, pero un día vieron cómo lentamente el exterior comenzaba a llenarse de arena.

Arena, como si fuera un desierto, con el paso de las horas se formaron montañas de arena, ambos encontraron divertido pasar entre medio de ellas, escuchar la arena pasar contra el vidrio, atravesando las lomas y sentirse como una nave impenetrable, porque ni un grano entraba a la caja.

— Si esto es un desierto, debe haber un oasis— dijo Felix, con emoción.— ¿Lo buscamos?

— Creo que esto es el oasis— respondió Changbin.— Y mas contigo— añadió, haciendo al chico ruborizarse.

En la noche, como siempre, se tomaron las manos, recostados sobre el colchón del suelo, miraron la sutil luz sobre su cabeza.

— Sabes... No lo recuerdo, pero creo que así sería dormir debajo de la luna— murmuró Felix.

— Creo que sí— concordó Changbin, con una sonrisa.

Fueron largos segundos de silencio, en los que Changbin cerró sus ojos, creyendo que Felix estaba por dormirse también, hasta que escuchó al menos hablar.

— Changbin... Tu no me dejarías solo, ¿Verdad?

— No, Felix— dijo Changbin, su tono fue monótomo.

— C-Chang... En serio, dilo en serio.

El mayor se giró, noto las lagrimas en sus ojos y su labio inferior temblar, acerco su mano libre a su mejilla, acariciándola con su pulgar.

 — No te dejaré sólo, nunca... Y algún día, saldremos los dos de aquí, lo prometo, y hasta entonces, estaremos juntos, no voy a dejarte.

Felix sonrió, se acercó más a él y se acurrucó sobre su pecho, Changbin lo abrazó por sobre sus hombros, dejándolo reposar sobre su pecho, con una sonrisa plantada en sus labios. 

Lovely [Changlix]Where stories live. Discover now