Capítulo 5. Extraño Presentimiento.

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Puntualmente, todas se presentaron a laborar en su nueva ubicación. La primera en llegar fue María Laura que llevaba una percha y un neceser de maquillaje, allí llevaba su atuendo folklórico. Ella bailaba en un conjunto típico panameño de la embajada panameña en Washington.  Conocido como Brisas del Tabasará.  Esa  noche tenían práctica para una presentación.

            La segunda era Ivonne.  Le habían dejado parte de la lista con una instrucción de buscar direcciones y teléfonos.  Y la tercera fue Daniela, que no descansó mucho.

            —Se te nota que no dormiste nada.

            —Algo no me dejo dormir como yo quería. —Se quejó —Un escalofrío necio, como de algo malo que va a pasar.

            —Tú y tus presentimientos.  —Apuntó Ivonne —Me das miedo cuando te dan esos escalofríos.

            —Ella siempre ha tenido una nariz más larga y aguda que la nuestra —reforzó María Laura, que atacaba su lista. —Es una detective nata. Huele las cosas antes de que pasen.

            No acababa de hablar cuando llega el jefe Jordan.  El jefe del grupo no llegaba aún.  Pidió reportes de avances.

            —Esta lista es un autentico dolor de cabeza, son un centenar de nombres —dijo Campbell que tenía un hoja completa de la lista.

            —Ya reconocí algunos nombres.  —anotó Ivonne.

            —Y yo otros. —replicó María Laura, que pasaba los nombres a la base de datos que le serviría de matriz para el trabajo que haría.

            —Demasiada coincidencia. —observó asombrada Diana. —En la hoja que me tocó, aparecen los nombres de todos nuestros compañeros.

            —¿Estás segura? —Interrogó  María Laura —Déjame ver.

            Diana le enseñó la lista a su prima.  Y sí, estaban todos los nombres del equipo de la División de Investigación Militar.

            —Esto no es coincidencia… —apuntó luego de unos minutos de escudriñar la lista. —Es una advertencia, después de Lubitsch siguen ellos.

            —Ahora entiendo para qué nos pusieron aquí. —Dedujo —Nosotras somos de uno de los grupos con más responsabilidades cuando estábamos en Panamá y Maryland nos dirigía. 

            —Aunque no fueron nuestras asignaciones, ellos estuvieron allí. —afirmó Ivonne. —Eso los hace blancos vulnerables, cuando no principales.

            Daniela al escuchar eso, sintió que se le enfriaban las plantas de los pies. Su presentimiento era cierto.  Debía prevenir a Drake.

            Drake llegaba en su Audi 1000.  Esa noche tendría cita en el club de pole dance al que era asiduo. Tenía varias chicas buscando una aventura, el disfrutaba todo aquello, aunque lo que anhelaba ahora era convertir a la rebelde e independiente Daniela, en su compañera permanente, si tenía que casarse, se casaba, varios de sus amigos que eran tan mujeriegos como él, se habían casado, tenían su compañera y hasta hijos.

            Con una chaqueta de cuerina chocolate, camisa crema y pantalón de tela del mismo color de la chaqueta, entro a paso elástico a la oficina. Las chicas lo vieron llegar.

            —Llegó el “playboy”, buscando su conquista del momento.

            —Así es.  —Comentó Bryce, —Y la que se fijo en ningún modo lo es. —Añadió, —qué suerte tienen los que no se bañan.

REGALO DE AMOR Where stories live. Discover now