El Paraje Vacío

La llegada

El Paraje Vacío.

- Mira, lo logras ver - le dije mientras señalaba.
- ¿Qué son? - preguntó mientras fijaba la vista en la extraña criatura.
- Les llamo Roths, realmente no sé que son, digamos que entidades, seres que conviven en un mundo paralelo al nuestro. Los observó a diario, soy un espectador de este magnífico universo recién descubierto por mí. Este es bastante oscuro, los hay lumínicos, Como dos polaridades completamente opuestas de lo mismo.
- ¿Y cómo los diferencias?
- No es complicado, resalta en esos ojos vacíos, en esa difuminada sombra que los rodea, en el azul hielo de sus iris. Parecen hijos de Érebo, con distintas formas y tamaños, pero la oscuridad siempre es la misma.
- ¿No pueden vernos?¿Cómo esta es la primera vez que los veo?
- No, no logran vernos, como mismo tú no los estuvieras viendo sino te los mostrara. A ellos les llama la atención la energía que desprendemos, aunque casi nunca desprendemos lo suficiente como para levantar curiosidad. Pocas personas despiertan su interés, casi siempre acompañadas de fuertes emociones o sentimientos, pues esos son los momentos que más energía desprendemos de manera inconsciente. Estoy seguro que estos son los seres de menor nivel que habitan en este mundo paralelo, quizá por eso es que puedo presenciarlos.
- ¿Es muy grande ese mundo del que me hablas?
- Supongo que sí, realmente no he tenido el valor de aventurarme a explorar, temo jugar con lo desconocido...
- ¡Hey! Sígueme contando, no me dejes a media.
- Disculpa, me distraje, ven corre y mira esto - Le dije mientras le llevaba a mi mundo, mi paraje vacío.
- ¡Wow! - Exclamó - qué lugar tan grande, parece un enorme desierto - Se encontraba perdido en este nuevo mundo, en el cual no había Sol y tampoco Luna. Parecido a una eterna tarde con un color dorado, un dorado marchito, dónde el tiempo casi no avanzaba. Estábamos sobre un pináculo de piedra en el medio de la nada.
- Atiende Ale, ya tendrás tiempo para disfrutar el paisaje inédito que nos rodea. Ves esa enorme figura - le dije para sacarlo de su distracción.
- Sí, parece un ser oscuro - musitó mientras no perdía de vista la enorme figura con una altura mayor a 30 metros.
- Efectivamente, justo va al encuentro de aquel ser lumínico - entrecerraba los ojos para poder admirar a la brillante entidad.
- Parece una estrella - decía mientras intentaba opacar la luz desprendida levantando las manos - ¿Van a luchar?.