I just want to go somewhere where nobody knows my name

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28 de julio.

Yo sé que Mistique no es mi verdadera madre, pero nunca he dudado de su amor hacía mí. Se supone que conoció a mis padres biológicos y que estos me dejaron a su cargo desde mi nacimiento, así que nuestra relación hija-madre ha sido siempre natural. Nos conocemos bien, o por lo menos antes lo hacíamos.

Creo, realmente, que todo inició cuando yo tenía doce. Mamá tomaba una siesta en su habitación y yo pensé que salir no sería mala idea, así que intenté saltar el muro de cemento que aísla nuestra casa; por supuesto, no terminó bien. Ella llegó en cuento caí al suelo. Besó mi rodilla raspada y me abrazó, pero su regaño se interrumpió cuando se separó de mi cuerpo. Para ese entonces yo no sabía siquiera lo que era un mutante, así que verla sin su usual piel azul me desconcertó. Una mujer rubia ocupaba el lugar de mi madre pelirroja.

La mueca de dolor que atravesó su rostro es algo que aún no logro olvidar. Siendo sincera, no sé muy bien que paso. De un momento a otro me vi siendo empujada a mi cuarto, mi computadora fue confiscada, mi puerta fue cerrada con llave y el llanto de mi madre resonó en la casa hasta la llegada de la otra mujer: Destiny.

Ella fue la que consoló a Mistique, según recuerdo. Era un poco extraña, hay que decirlo. Vestía un traje azul con una capa que arrastraba por toda la casa y cubría su rostro con una máscara dorada. Mi madre no nos presentó, pero podía oírlas murmurando escaleras abajo y sé que era ella la que dejaba mi comida en el pasillo. Quizá está mal escuchar hablar a los adultos a escondidas, pero el simple hecho de enterarme de cosas del exterior me emocionaba demasiado.

Para las personas comunes esto no es algo por lo que vale la pena arriesgarse a un castigo, pero en mi caso es totalmente diferente. Desde que tengo uso de razón, he vivido encerrada en mi casa con no más compañía que mi propia madre. El mayor contacto con el exterior han sido mi ventana en el segundo piso y las historias con las que Mistique me aterroriza de noche. Esta segunda opción es la menos motivante, no creo que sea verdad, pero mi madre siempre ha descrito a lo que está fuera de nuestro territorio como «peligroso e innecesario de saber».

Fue con esa primera visita de Destiny que todo se puso peor, de repente Mistique empezó a establecer ciertas reglas que no hacen más que frustrarme; desde quitarme el uso del internet hasta no entrar sin tocar a los lugares donde ella se encuentre, tenía que hacerme notar para no tomarla desprevenida. Mi contacto exterior pasó de cero a nulo.

Por la noche, cuando solo el suave toque de The Neighbourhood me acompaña y los suevos suspiros de Mistique me asegura que está dormida, trepar al techo de la casa es lo más cercano a la libertad que puedo saborear. El campo lo rodea todo y de alguna manera me brinda paz.

Ver la carretera solitaria a lo lejos me hace pensar en las historias sobre todo lo de afuera, ¿acaso es verdad que todos los humanos y mutantes son tan malos? ¿No hay bondad o héroes como en los libros? Si es así, acaso yo no soy una human también. ¿Soy como ellos o soy diferente por quedarme aquí?

Hoy el cielo esta estrellado y el viento hace que mi pelo baile, hay un leve canto de grillos y las luciérnagas vuelan en de jardín de enfrente. No hay señales de otras personas a la vista, como siempre.

Sé que robé este cuaderno para llenarlo de las palabras que le quiero decir a mi madre, pero con la luna llena un sentimiento está creciendo en mí y solo quiero ir a algún lugar donde nadie sepa mi nombre y poder vivir como una adolescente normal, así que pienso convertir esta pasta dura en mi guardián de secretos y aquí va al primero: voy a escapar.

Quiero pensar por mí misma, quiero tener control sobre mis acciones y dejar de ser controlada. Quiero vivir.

Rogue's tale in the real world [Terminada]Where stories live. Discover now