capítulo 7: Fuera del Bosque

670 128 30
                                    

Mi nombre es Shon y como muchos de mis amigos saben, soy un mercenario. Actualmente vivo en la ciudad Mula, del reino neutro, Izai.

Aunque esta carrera no tenga tan buena fama, no es como muchos creen, es más, diría que es muy buena. La principal fuente de ingresos de un mercenario promedio viene de las misiones públicas que se pueden seleccionar en la alianza, vas, terminas el trabajo y vuelves, aunque hay un riesgo de muerte, sigue siendo un buen trabajo.

Desde pequeño, mi vida ha sido un poco... Duro, mi padre, un guardián de la corona de Izai, me obligó a pasar por un doloroso entrenamiento, fue debido a este que mi fuerza estaba muy fuera de lo común, cuando me obligó a participar en un concurso de gladiadores a los diez años, de alguna manera me las arregle para derrotar a todos los enemigos y declararme ganador...

Pero bueno, me estoy alejando del tema principal. Hace poco mi compañero y yo aceptamos una misión de cacería en el bosque oscuro, el objetivo era traer los cadáveres de 10 escorpiones grises y dependiendo de cuántos traigamos de más, nos darán más propina.

Pensaba que está misión duraría unas semanas debido a los dispersos que están los escorpiones grises, sin embargo, para sorpresa de ambos, encontramos un grupo de poco más de cien de estos y... ¡Una cobra demoníaca!

¿¡Tienen idea de cuánto vale solo la carne de la cobra demoníaca!? Eso sin mencionar su corazón y órganos importantes, sin siquiera dudarlo, Jay, mi compañero quien por cierto es un elfo, lanzó un hechizo de hielo a gran escala que los mato a todos manteniendo gran parte de sus cuerpos intactos, él fue especialmente cuidadoso con la cobra demoníaca.

Después de eso y cuando me propuse a recoger los cadáveres, note algo extraño a un lado de la cobra demoníaca, cuando nos acercamos a ver qué de se trataba, terminamos asqueados al ver que era una masa de carne, huesos y órganos triturados en el suelo, pero eso no es lo peor, ¡Lo peor es que segundo Jay esa cosa estaba viva!

Me lo pensé bastante y con algo de duda sugerí llevárselo al alquimista de la ciudad, ese hombre vive buscando ingredientes extraños y dudo mucho que sea posible encontrar algo más raro que esto, Jay uso magia de viento para levantarlo y yo lo metí en un tarro de hierro con encantamiento de temperatura y antioxido que normalmente uso para transportar agua, sin embargo, supongo que no podré usarla de ahora en adelante...

El tiempo paso rápido y después de siete tediosos días volvimos la ciudad Mula, está hermosa ciudad está rodeada por un muro repleto de encantamientos defensivos, todas las ciudades cercanas al bosque oscuro tienen medidas de seguridad muy fuertes debido a la posibilidad que una horda de monstruos ataque 

Los guardias revisaron nuestro equipo e identificaciones en la entrada para luego dejarnos pasar, el ambiente dentro de la ciudad es bastante animado, los venideros ambulantes y distintos Shows callejeros están en todos lados, las personas de distintas razas van de un lado a otro y compran lo que necesitan. Ya sean humanos, elfos, hombres bestia, demonios, hadas, Dragonianos o cualquier otro, todos están animados.

En el reino neutro de Izai se admiten personas de todas las razas y procedencias, a diferencia de nuestros reinos vecinos, que solo aceptan a sus propias razas y están en constante conflicto, la buena noticia es que Izai tiene un gigantesco poder militar gracias a su número de habitantes, mercenarios y guardianes, así que no se atreven a hacer un movimiento sobre nosotros.

Después de un tiempo llegamos a la alianza mercenaria, donde nuestros caminos se separan.

—Yo entregaré la misión, tú ve y entrega esa cosa al alquimista— (Jay)

—Si, si, no me lo tienes que decir— (Yo)

Luego de ese pequeño intercambio él entra a la alianza y yo camino cruzando un par de intersecciones y llego a un pequeño establecimiento, tiene un cartel con distintas pociones y medicinas.

—Tienda de alquimia del Ron— (Yo)

Si se preguntan sobre el nombre... Es que aquí aparte de vender pociones y medicinas venden Ron, cerveza y vino.

Entró por la puerta principal y la familiar campana pequeña pegada a una esquina de la misma se escucha, miro a mostrador y en él hay una señorita pecosa y con lentes, ella me mira fijamente con una expresión desanimada y yo por mi parte hago la vista gorda a su actitud.

Me acerco y pongo el tarro sobre el mostrador, la señorita lo mira por un segundo y luego abre si boca.

—Bienvenido a la tienda de alquimia del Ron... ¿En qué lo puedo ayudar?— (Hila/ desanimada)

Esta señorita es la hija del dueño de la tienda, su nombre es Hila y tiene una personalidad... Un poco pesimista, digamos que su padre la uso para un par de experimentos cuando era pequeña y ella le guarda un gran odio, tengo entendido que esos experimentos fueron los causantes de sus pecas y la obligaron a usar gafas, a simple vista puedo decir que si no fuera por eso, su belleza daría un gran salto.

—Llama a tu abuelo, exprésale que Shon viene a buscarlo y que trae un ingrediente raro del bosque oscuro— (Yo)

Hila muestra algo de desprecio en su mirada por un segundo, antes de alejarse del mostrador e ir a la parte trasera de la tienda, incluso desde aquí, puedo escuchar con claridad los gritos y patadas de ahí atrás.

Un momento después, un hombre mayor llega al mostrador, parece cansado y tiene un par de rastros de golpes, pero aún mantiene una sonrisa de negocios.

—Lamento mi apariencia, mi hija está pasando por cierta etapa y está muy agresiva...— (Jhon)

—¡Muérete!— (Hila/ gritando desde atrás)

Jhon suelta un suspiro deprimido y yo por mi parte pongo los ojos en blanco, por Dios... ¿Qué tan mala es la relación con su hija?

—Bueno, a lo principal, te traje un ingrediente raro del bosque oscuro— (Yo)

—¿Mmmm? En ese caso, déjame verlo— (Jhon)

Él está por agarrar el tarro, no obstante yo lo detengo y le muestro una sonrisa amplia.

—Primero hablemos de precios, ¿Cuánto estás dispuesto a pagar?— (Yo)

—No lo puedo decir sin observar el producto— (Jhon)

—¿Cuánto pagas mínimo por un ingrediente raro procedente de bosque oscuro?— (Yo)

—Depende de lo especial que sea... Pero si es algo decente y me sirve pago 3.000 monedas de oro— (Jhon)

Una sonrisa aún más grande se forma en mi cara, 3.000 de oro... ¡Eso es suficiente para pagar una noche en un burbel de alto nivel!

—Muy bien, si ese es el caso, ¡Estarás dispuesto a pagarme el doble por este ingrediente!— (Yo)

Sé que eso es una exageración y no tengo la menor idea sobre el uso de la cosa que traigo aquí, sin embargo, lo mejor que puedo hacer es establecer un precio alto para poder regatear para obtener más beneficios de los que obtendría normalmente.

Abro el tarro y sin siquiera mirar su contenido lo volteo para que pueda caer a la mesa, pero... No pasa nada.

—¿Mmmm?— (Yo)

Noto esto y comienzo a sacudirlo, siento que esa cosa está adentro, pero no sale, maldición, se debió haber quedado pegado.

Lo sacudo con más fuerza y Jhon me mira extrañado.

—¿Necesitas ayuda?— (Jhon)

—No, no es necesario— (Yo)

Preparo mi puño y le doy un golpe a la base del tarro, haciendo que su contenido salga disparado y choque contra el mostrador, nuestro una expresión victoriosa, pero esta se congela al segundo siguiente.

—¿Eh?— (Yo)

—¿Esto es una broma?— (Jhon)

Del tarro salió una pequeña cosita peluda, con cuatro patas, una cola y dos ojos bastante grandes, esto es... Esto es...

—¿¡Un gato!?— (Yo)

...

Reencarne En Un GatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora