Capítulo 2: Ángel nocturno

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Descendit ad Paradisum
By. Heartless Bom

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[El arte no es mío - Créditos a: Nattlenya / Nattlesua]
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Capítulo 2: Ángel nocturno.
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De esa manera es que seguía la búsqueda.

Lo curioso de donde vivía aquél chico, era que la casa estaba literalmente encima de un risco, rodeado por un basto y frondoso bosque verde. Era casi poético, y más por la variada flora que hacía que la finca que era de un estilo muy diferente o al menos de lo que pareciera ser de la región en que estaban luciera aún más etérea con ello. Al salir había al menos un tramo de diez minutos que debía caminar para llegar al puente donde se topó con el otro la primera vez.

Era un poco extraño el pequeño lugar que pareciera ser donde habitaban, tuviera a la vez de lo tradicional algunas estructuras que su anfitrión había llamado rascacielos. Miraba el reloj que el otro también le había puesto para saber la hora y pudiera volver antes del ocaso... Pero sin duda le preocupaba que no hubiese dado señales en toda la noche y ahora eran las siete de la mañana en pleno alba. Ya debería haber llegado, pero le dijo que no tenía horario así que no debía de preocuparse.

Como pudo encontró algo de papel y algo con que escribir, por lo que le dejó un recado de que saldría y que volvería apenas pudiera. Caminó tranquilamente pasando el puente y, aunque se pudiera ver que había poco más de gente que lo que pudo antes apreciar, ahora mismo veía a pequeños niños yendo con algunos bolsos amarillos, otras cuantas personas iban apuradas o señoras mayores paseando eran lo que más se notaba.

Dejó que su cuerpo se alimentase con el sol de la mañana, comenzando a andar de un lado a otro, siguiendo realmente por donde había mas árboles y flores, así como lugares donde las aves también se movían.

Varias personas lo veían y eso era algo de no extrañarse: claro que estaban atraídas por un joven tan apuesto andando por las calles sin un rumbo fijo, además de que este pareciera observar cada detalle a su alrededor, apreciando cada instante. Respiraba el aire, notando que no era tan fresco o puro como el del cielo pero sin duda era relajante el estar obteniéndolo desde la tierra. Árboles de diferentes colores: verdes, sepia, amarillos, rojos... Flores con deliciosos aromas y brillantes colores. Plantas pequeñas que reaccionaban de diferentes formas y texturas curiosas.

Le agradaba bastante el ver la cantidad de animales que se encontraba, pero ninguno se comparaba a los felpudos conejitos que ya había visto. Al parecer el camino iba a ser largo y encontrar a su hermano en la tierra sería mas difícil de lo que pensaba. Incluso era posible que no estuviera ni cerca: no podía sentir la energía dorada de sus alas en ningún sitio cercano. Y eso era preocupante.

La energía dorada era energía angelical brindada por el sol y por el mismo Dios, la cual se brindaba a todos los ángeles y a algunos humanos que eran elegidos. Pero no siempre era una energía que pudiera sentirse o verse a simple vista. Siguió caminando por varios puestos y varios lugares que tenían auras claras y cálidas pero no podía identificar algo que lo pudiera llevar a su hermano.

Terminó caminando y quedando al pie de un árbol y cubriéndose del sol que pareciera acrecentar minuto a minuto. Por algún motivo, el sol en la tierra era más cálido pero la piel pareciera afectarse más. Era tan difícil Imaginar los motivos y razones de su hermano para que hubiera sido tan descuidado para caer en alguna trampa demoniaca o en su defecto, confiar en los demonios y que estos le hayan hecho algo... Ni siquiera quería pensar en aquello o en las posibilidades de esto.

Descendit ad Paradisum - WangXian - MDZS -Where stories live. Discover now