Todos avistaron el avión antes de que se estrellara en medio de la ciudad. Nadie hubiera extrañado un par de edificios, pero la aeronave traía consigo el aliento de la muerte, y repartió su putridez en las calles de la metrópolis que yacía en el fon...
Decides explorar el edificio y continuar con tu misión.
Con mucha dificultad te acercas a la única salida posible de la habitación. Te cuesta empujar la mesa que bloquea la puerta, pero después de sentir un pinchazo en tu pie herido logras moverla lo suficiente para darte el espacio que necesitas.
Debido al esfuerzo tu herida ha comenzado a sangrar de nuevo, esta vez con más fuerza. Te desangras. Sin embargo, aunque el olor de la sangre pase desapercibido ante ti, no lo es tanto para los otros huéspedes.
Uno de ellos esperaba detrás, pues ya había olido la sangre de tu herida y también había escuchado tus quejidos. Al mover la mesa, has removido el único obstáculo entre él y tú. Al percibir el suculento aroma de tu sangre el muerto viviente se abalanza sobre la puerta cuya cerradura esta dañada. El borde de la misma te golpea de súbito y hace que pierdas el equilibrio.
Eres un plato servido para el caníbal, quien no duda en ir a por tu cuello. Tus fuerzas merman, no tienes nada más que tus manos para defenderte. Todo pasó muy rápido. El monstruo logra reclamar su comida sin mucho esfuerzo...
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