74. FINALMENTE, LA BODA (PREVIA)

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Rebeca le pidió a Tomi que fuese a buscar a Mimi, alejándolo de paso de la conversación de los adultos, pero Tomi no estaba seguro de si dejar a Rebeca era una buena idea, la dedique un asentimiento con la cabeza asegurándole que tomaría el relevo y no dejaría sola a su mamá.

– ¿Rebeca, podemos hablar? – intento deshacerse de mi en cuento Tomi estuvo lejos, pero ¿Que se creía?

– Es lo que están haciendo ¿No? – escuche a Rebeca respirar profundo seguramente rodando los ojos ante mi tono. Pero ¿Cómo culparme? Este tipo aparece para molestar el día de nuestra boda. Podía dar gracias que no estábamos en la oficina o hace mucho habría hecho que cayese sobre el todo el equipo de seguridad.

El tal Erick me dedico una mirada molesta y yo se la devolví igualmente cabreado, tuvimos una batalla de miradas que duro bastante, hasta que Rebeca decidió capturar nuestra atención nuevamente con una palmada al aire.

– Muy bien, lo presentare para que se conozcan ya que se están dando miradas – Erick este es Eduardo, mi novio – Rebeca me miro con una sonrisa – Eduardo, te presento a Erick fue el mejor amigo de mi hermano, y un viejo amigo para mí.

Aunque Rebeca seguramente esperaba un apretón de manos o tal vez unas palmaditas en el hombro luego de aquella presentación la verdad es que ninguno de los dos se movió de su lugar, ni bajo la guardia. A lo que Rebeca suspiro.

Supongo que es momento de hablar– Erick estuvo a punto de sonreír pero entonces Rebeca agrego – como sabes Eduardo será mi esposo en unos minutos, y no tengo secretos con el – tomo mi mano – así que este es el mayor nivel de privacidad para conversar.

Sonreí complacido con sus palabras, por un momento había temido que el idiota creyese que por su tono autoritario y serio iba a lograr que Rebeca hiciera lo que él quisiera, pero ella no era así, ni si quiera conmigo. Y por supuesto la sonrisa de oreja a oreja de saber que Rebeca eligiéndome para estar a su lado fuese lo que fuese que el tal Erick quisiera hablar.

El tipo frente a nosotros suspiro, pensando en sus siguiente palabras, me esperaba algo más como una conversación nostálgica sobre los viejos tiempos, pero en cambio el idiota me sorprendió con su reclamo a Rebeca.

– Debiste decirme que habías quedado embarazadas – suponía que el amargo de su tono y en su mirada eran de desilusión – ¿Fue por eso que me evitaste después de nuestra noche?

<< ¿Este idiota estaba insinuando que se había acostado con Rebeca? Y en mis narices >>

Mire a Rebeca sabía que no había mentido cuando me dijo que era virgen, pero, que le hacia creer a Erick que se había acostado con Rebeca.

– Creo que has malentendido las cosas...

– ¿Acaso el niño es tuyo? ¿Eres su padre biológico?

– Escucha amigo, Rebeca ...

– Rebeca puede hablar, no creo que necesite que hables por ella – El tal Erick me estaba cabreando en serio, mire a Rebeca, pero ella estaba tranquila, casi como si estuviera esperando algo así

<< ¿Qué mierda estaba pasando aquí? >>

Mimi hizo acto de presencia en la habitación cerrando la puerta tras de ella.

– ¡Ay, Dios! – suspiro recorriendo con la mirada a los presentes.

– Mimi – dijo Rebeca, con una sonrisa, algo intencional había en ese tono, Erick que hasta entonces solo le había dedicado una rápida mirada esta vez la escaneo de arriba abajo reconociéndola.

– ¿Miriam? – frunció el ceño, aunque para mi entre Rebeca y Miriam había un mundo de diferencia, a muchos les gustaba resaltar lo similares que eran las hermanas, físicamente por supuesto.

Cásate ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora