—Gracias, amo —murmuró antes de cerrar sus ojos.

James suspiró, aliviado. El pulso se le volvía a estabilizar.

Se dejó caer entre las hojas, fue ahí cuando se permitió ver a su alrededor, una sorprendente cantidad de seres mágicos de diferentes formas y tamaños. La mayoría de ellos comenzó a desaparecer cuando los descubrió.

Mago se levantó en un sobresalto.

—¿Dónde rayos estoy? —se preguntó.

Antes de que pudiera pensar en una respuesta, las criaturas emergieron de nuevo entre una capa de niebla que se acercaba, daban forma a una especie de sendero en el que caminaba una figura alta y misteriosa, apoyada en un cetro.

Mago se posicionó en protección frente al cuerpo durmiente de Bobbly.

—Revélate —habló James.

El ser retiró su capucha al terminar de llegar. La luz del bosque lo definió como una criatura de belleza singular. Era de facciones delicadas, ojos claros, similar a un humano, a excepción de las orejas delgadas y puntiagudas que salían de su cabello rubio largo y brillante.

—Las criaturas me informaron de un humano que ayudó a salvar a un duende en las afueras de la isla —habló en un tono sereno—. Me pareció increíble, debía verlo con mis propios ojos para saber que era cierto. Después de todo, su especie es la que más daño le ha causado a las nuestras.

—Estoy en El Refugio —murmuró con un suspiro de alivio—. Sigo en la Tierra.

El elfo levantó una ceja con curiosidad.

—Veo que conoce acerca de nosotros.

—Eres el Guardián del Plano de Sombra —reconoció al detallar el cetro de ramas del elfo, en la punta resplandecía un cristal—. Pero no eres Kairón el centauro, debo estar en el pasado.

Demasiado acerca de nosotros, me atrevo a decir —enfatizó el elfo, intrigado.

—¿Qué año es este?

—Mil ciento once.

—Mil ciento once... —repitió en susurro—. Es el tiempo de Caballero Universal.

—¿Quién es usted? ¿Cómo atravesó el Plano de Sombra y cómo es que conoce tanto acerca de nosotros y este lugar?

—Mi nombre es James Jerom, Mago Universal, Hechicero Protector de la Tierra del siglo veintiuno, llegué aquí por accidente a través del Limbo Temporal.

—Mmm, curioso —murmuró, llevando su mano a la barbilla—. Eso explica mucho, aunque también me da confianza. Cualquier Universal es bien recibido en El Refugio —aseguró con la mano en el pecho—. Le doy la bienvenida, soy Tyleris, Guardián del Plano de Sombra de El Refugio. ¿Qué puedo hacer por usted, Mago Universal?

—Gracias, Tyleris —saludó con reverencia—. Nos atacaron... perdí a mi duende y mi bebé dragón en el camino. Sané a Bobbly, pero me temo que perdí a Dreccan —relató, cabizbajo—. Necesito encontrarlo.

Tyleris asintió.

—El Refugio es un lugar que alberga a muchas criaturas. Es posible que su dragón esté aquí si atravesó este mismo punto del espacio-tiempo por donde usted llegó. Vamos, lo ayudaremos a encontrarlo. —Extendió su mano hacia el bosque—. También el duende necesitará un lugar para descansar y terminar de recuperarse.

 También el duende necesitará un lugar para descansar y terminar de recuperarse

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Mago Universal: Encrucijada temporalWhere stories live. Discover now