10 - Los Quince De La Yolis.

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Llegaron al fin a la fiesta para descubrir que la gente iba vestida con ropa de gala y no según el estereotipo que imaginaba Valentín, así que quedaron como estúpidos.

Valentín escondió a Billie en el baño y fue de inmediato a buscar a don Cheeto que estaba sentado junto a su hija Yolis.

— Traigo lo que encargó Don Cheeto.

— A ver si es cheeto, que suba a cantar al escenario.

Valentín fue rápidamente a lo que le mandó y finalmente sucedió lo que todos esperaban. Billie comenzó a cantar "My Strange Adiction".

La Yolis corrió en su vestido horrible de color fucsia y adornos culeros al escenario, donde saltó y cantó re contenta, y todas sus amigas también.

Billie por su parte estaba muy alegre también, porque había vivido una gran cantidad de aventuras en su viaje a México con Don Pedro. Y sentía que finalmente podría ser feliz con él.

Siguió cantando hasta la hora del vals, cuando la quinceañera hizo su coreografía espantosa con sus catorce chambelanes, y donde bailó de todo menos vals.

Después siguieron las eternas ceremonias de "La primera zapatilla, la última muñeca, el último juguete, la corona, el primer maquillaje" y cien estupideces más.

Después ocurrió el eterno vals donde bailaría con todos los hombres de su familia y conocidos.

Para el final ya todos estaban borrachos e irritables. Excepto Billie, que seguía cantando mirando a Valentín, sentado al otro extremo del salón. La conexión de sus miradas los mantenía de buen humor, a pesar de estar rodeados de gente mamona y grosera.

Pero como en toda fiesta algún problema debía ocurrir. Billie comenzó a cantar "All the good girls go to hell" Y las tías religiosas de la quinceañera se levantaron emputadísimas, porque estaba invocando al maligno.

Se armó un escándalo. Un par de borrachos quisieron detenerlas, pero los golpearon con los centros de mesa. Así que las madrinas de centros de mesa se enojaron también. Después un primo drogadicto vomitó en los tamales y los mariachis se pelearon porque ya no les querían pagar.

Y así comenzó un alboroto que terminó sólo cuando resonó en el aire la metralleta de don Cheeto.

— A ver estúpidos, quietos. Yo arreglo todo.

La gente se calmó y vieron como varios hombres arrastraban a Billie fuera del escenario. Valentín intentó defenderla, pero don Cheeto lo amenazó.

— Vamos a pedir rescate, así que mejor vete a conseguir los tres mil cheetos del rescate.

Valentín se fue te triste porque el amor de su vida estaba en peligro por su culpa.

DUH: Tourette y Gallos de Oro (BillieEilishxValentínElizalde)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant